Hoy en día, frente a un mundo que sufre por la pandemia – se preguntó el Papa – ¿somos capaces de llorar como Jesús? Muchos lloran hoy. Pidamos la gracia de llorar
Este 29 de marzo, V Domingo de Cuaresma, en la Misa en
Santa Marta, el Santo Padre rezó por los que sufren en este tiempo de
aflicción. En su homilía recordó que Jesús también lloró: hoy mucha gente
llora, pidamos la gracia de saber llorar con ellos.
En la Misa matutina celebrada – y transmitida en vivo
– en la Capilla de la Casa Santa Marta, este V Domingo de Cuaresma, “Domingo
del llanto”, el Papa Francisco pidió especialmente por las personas que sufren
a causa de la pandemia del coronavirus:
“Pienso en tanta gente que llora: gente aislada, gente
en cuarentena, los ancianos solos, personas hospitalizadas y personas en
terapia, padres que ven que, porque no hay el salario, no podrán alimentar a
sus hijos. Mucha gente llora. Nosotros también, desde nuestro corazón, los
acompañamos. Y no nos hará daño llorar un poco con el llanto del Señor por todo
su pueblo”.
En su homilía, comentando el Evangelio de Juan (11,
1-45) sobre la resurrección de Lázaro, el Pontífice habló del llanto de Jesús
por su amigo. Jesús llora con amor, llora con los suyos que lloran, llora
siempre por amor, tiene un corazón lleno de compasión. Hoy en día, frente a un
mundo que sufre por la pandemia – se preguntó el Papa – ¿somos capaces de
llorar como Jesús? Muchos lloran hoy. Pidamos la gracia de llorar.
A continuación el texto de la homilía según nuestra
transcripción y al mismo tiempo te invitamos a seguir la Santa Misa (video
integral) desde nuestro canal de Youtube:
Jesús tenía amigos. Amaba a todos, pero tenía amigos
con los cuales tenía una relación especial, como se hace con los amigos, de más
amor, de más confianza... Y muchas, muchas veces se quedaba en casa de estos
hermanos: Lázaro, Marta, María... Y Jesús sintió dolor por la enfermedad y la
muerte de su amigo. Llegó a la tumba y, se conmovió profundamente y muy
turbado, preguntó: "¿Dónde lo han enterrado?". Y Jesús estalló en
lágrimas. Jesús, Dios, pero hombre, lloró. En otra ocasión en el Evangelio se
dice que Jesús lloró: cuando lloró por Jerusalén. ¡Y con cuanta ternura lloró
Jesús! Llora desde el corazón, llora con amor, llora con los suyos que lloran.
El llanto de Jesús. Tal vez, lloró otras veces en la vida – no lo sabemos –
ciertamente en el Jardín de los Olivos. Pero Jesús llora por amor, siempre.
Estaba profundamente conmovido y muy turbado lloró.
Cuántas veces hemos escuchado en el Evangelio esta emoción de Jesús, con esa
frase que se repite: "Viendo, sintió compasión". Jesús no puede ver a
la gente y no sentir compasión. Sus ojos están con su corazón; Jesús ve con sus
ojos, pero ve con su corazón y es capaz de llorar.
Hoy, ante un mundo que sufre tanto, ante tanta gente
que sufre las consecuencias de esta pandemia, me pregunto: ¿soy capaz de
llorar, como seguramente lo habría hecho Jesús y lo hace ahora? ¿Mi corazón se
parece al de Jesús? Y si es demasiado duro, (aunque) soy capaz de hablar, de
hacer el bien, de ayudar, pero mi corazón no entra, no soy capaz de llorar, de
pedir esta gracia al Señor: Señor, que yo llore contigo, que llore con tu
pueblo que en este momento sufre. Muchos lloran hoy. Y nosotros, desde este
altar, desde este sacrificio de Jesús, de Jesús que no se avergonzó de llorar,
pedimos la gracia de llorar. Que hoy sea para todos nosotros como el domingo
del llanto.
Finalmente, el Papa concluyó la celebración con la
adoración y la bendición eucarística, invitando a la gente a realizar la
comunión espiritual. Aquí sigue la oración recitada por el Papa:
“Creo, Jesús mío, que estás realmente presente en el
Santísimo Sacramento del Altar. Te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte
en mi alma. Pero como ahora no puedo recibirte sacramentado, ven a lo menos
espiritualmente a mi corazón. Como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me
uno todo a Ti. No permitas, Señor, que jamás me separe de Ti. Amén”.
Antes de salir de la Capilla dedicada al Espíritu
Santo, se cantó la antigua antífona mariana Ave Regina Caelorum ("Ave
Reina del Cielo").
Vatican News