Una
corriente de amor
Hola,
buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
En
nuestra capilla hay dos puertas, una que da acceso al interior a la clausura, y
otra que da directamente a pie de calle por donde entran las personas.
Ayer
hacía un viento tremendo; mientras rezábamos se colaba por cualquier rendija,
haciendo sonar un fuerte silbido. Y ahí ya me sorprendía, porque me surgía
pensar que realmente el Espíritu Santo se cuela en nuestra vida por cualquier
rendija que encuentre abierta, ¡y siempre las hay!
Sin
embargo, lo que más me asombró fue que, cuando íbamos a comenzar la Eucaristía,
una hermana abrió nuestra puerta para preparar las cosas de la Misa al mismo
tiempo que una persona entraba en la capilla, abriendo la otra puerta... De
pronto, las dos puertas se abrieron de golpe con el ímpetu del viento, y la
corriente iba de un lado al otro de la capilla, entrando por un lado y saliendo
por el otro...
Sí,
aquello me asombró, porque muchas veces me pregunto cómo experimentar más al
Señor en mi vida, en mi corazón, cómo verle más y descubrirle más... y ahí, en
ese instante, el Señor me dio su respuesta. Y es que Él siempre va a estar
soplando en nuestra vida, se vale de cualquier rendija para entrar y llenarnos
de su Espíritu, de su Amor. Pero cuando realmente le damos esa posibilidad de
manifestarse fuerte es cuando abrimos las dos puertas; sí, una, que es por la
que entra, y otra, por la que sale; una es la puerta por la que nos
experimentamos amados por Él y otra que es la puerta del Amor, para entregar
eso que Él mismo nos da. Si solo abrimos una puerta, bien, Él entrará, pero si
abrimos las dos, su poder se dejará ver en mayor potencia.
Su
Amor es un Don que no podemos quedárnoslo para nosotros, ni es solo para
vivirlo en nuestro interior: es un Don para entregarlo, con la confianza de que
nunca cesará de pasar por nosotros, que nunca nos dejará vacíos, sino que
siempre estaremos llenos para entregarnos. Siempre seremos ricos de su Amor
para poder darnos a los demás.
Hoy
el reto del amor es hacer una opción por el Amor. ¿Quieres vivir el día feliz,
lleno de Vida y, sobre todo, de sentido? Mira a Cristo, deja en Él tu día y
dile, si realmente es tu deseo, que quieres vivirlo desde el Amor... ¡Él se encargará
del resto!
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma