El Papa ha intervenido directamente, otras veces, con ayuda
material, además de acompañar espiritualmente a los fieles del mundo durante la
pandemia
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Para los pacientes de Covid-19, gravemente
enfermos, la ventilación mecánica puede ser la diferencia entre la recuperación
y la muerte.
Ante este
dilema vital: El papa Francisco ha donado 30 respiradores que serán repartidos
en algunos hospitales de las zonas más afectadas por la pandemia de Coronavirus
en Italia, el segundo país en el mundo con el mayor número de contagios.
La Limosnería
Apostólica, que
tiene la tarea de practicar la caridad a favor de los pobres en nombre del
Obispo de Roma, informó este jueves, 26 de marzo, que los respiradores se
regalarán en las próximas semanas a las estructuras donde más haya necesidad.
La expansión
de la pandemia ha provocado la saturación en los hospitales ante la falta de
respiradores y de lugares en terapia intensiva. Un respirador cuesta entre 21 mil y 51 mil
euros cada unidad, según la revista Fortune. Esta carencia puede agudizar la
crisis sanitaria mundial.
Un ventilador artificial es una máquina que respira por el paciente o
que le ayuda en este proceso. Los dispositivos utilizados
actualmente emplean una turbina para introducir aire a los pulmones y
lo extraen para facilitar la respiración en una persona que no puede hacerlo
por si misma, por lo general, se introduce un tubo de plástico por la nariz o
la boca del paciente hasta la tráquea.
Según un
análisis de la Organización Mundial de la Salud basado en un estudio con 56.000
pacientes, el 14% de los infectados desarrolla síntomas graves (falta de aire y
dificultad para respirar) y el 6% enfermedades graves (insuficiencia pulmonar,
shock séptico, falla multiorgánica y riesgo de muerte).
La dificultad para respirar ocurrió en casi el 19% de las personas, mientras
síntomas como el dolor de garganta y el dolor de cabeza aparecieron en un 13%
de los casos.
En este
contexto, el Papa ha intervenido directamente, otras veces, con ayuda material,
además de acompañar espiritualmente a los fieles del mundo durante la pandemia.
Por ejemplo
hoy, rezó
a Dios por las personas que se preocupan por los demás –por las familias que no
tienen bastante para comer, los ancianos solos, los enfermos hospitalizados- e
intentan hacerles llegar ayuda. “Demos gracias a Dios
porque suscita estos sentimientos en los corazones”, expresó.
En esta
emergencia, el pasado 12 de marzo, el Pontífice, a través del Departamento para
el Servicio de Desarrollo Humano Integral, había donado 100.000 euros a Cáritas
Italiana para una importante primera ayuda en toda Italia. Una ayuda sobre todo
dirigida a la asistencia en favor de los pobres y de las personas más débiles y
vulnerables en Italia.
Asimismo, el
23 de marzo de 2020, el Papa envió al ‘cardenal de los pobres’, Konrad
Krajewski, a visitar dos monasterios de monjas que han sufrido contagios,
perdidas y dificultades. El limosnero del Papa tocó la puerta del Generalato de
las Hijas de San Camilo en Grottaferrata y a la Congregación de las Hermanas
Angélicas de San Pablo en la Vía Casilina en Roma.
El Vaticano
informó que desde el viernes anterior (20 de marzo), ambas comunidades habían
sido aisladas, porque muchas de las monjas habían dado positivo por
coronavirus. “Así que para hacerles sentir la cercanía y el afecto del Santo
Padre, en este momento de dura prueba y dificultad, el cardenal Konrad
Krajewski trajo como regalo algunos productos de las Villas Papales de Castel
Gandolfo, como leche fresca y yogurt”.
También el
cardenal Krajewski llevó los regalos del Papa al Hogar Juan XXIII, dirigido por
la Asociación de Hermanas de la Caridad. El brazo derecho de la caridad del
Papa, incluso ha dado su número privado a voluntarios y pobres que lo necesiten
y así atender en cualquier momento sus emergencias.
Duchas, dormitorios, asistencia a los
desamparados y también “la bolsa del corazón”, preparada por los voluntarios, con una comida en su interior, así como
cientos de paquetes de leche fresca, también producidos en las Villas Papales
de Castel Gandolfo para los sin techo de Roma y los ancianos solos o
abandonados. Todos estos servicios y distribuciones, se llevan a cabo en pleno
cumplimiento de las normas establecidas tras la propagación del Coronavirus.
También hay
que recordar que la Cáritas de la diócesis de Roma, de la que el Papa es obispo,
mantiene sus comedores abiertos tanto para el almuerzo como para la cena,
cumpliendo con las normas de seguridad. Junto a los cuatro centros de acogida
diocesanos.
Además, el
papa Francisco ha recibido en audiencia este miércoles a Marco Impagliazzo, presidente
de la Comunidad de San Egidio y le ha transmitido palabras de agradecimiento
para todos los voluntarios que siguen activos en este tiempo de emergencia que
se están prodigando para ayudar a los pobres y las personas más frágiles.
El Papa ha
activado varias estructuras vaticanas para enviar ayuda económica durante la
emergencia, entre ellos la Congregación para la Evangelización de los Pueblos.
Por su parte, el Hospital Infantil Bambino Gesù, propiedad de la Santa Sede, ha
dedicado la estructura de Palidoro a los niños positivos Covid-19.
Ary Waldir Ramos Díaz
Fuente:
Aleteia