EL ATRACTIVO SILENCIO DE SAN JOSÉ

"No me acuerdo, hasta ahora, haberle suplicado cosa que la haya dejado de hacer", escribió de él santa Teresa

El 19 de marzo se celebra la fiesta de San José. El Evangelio no dedica a san José más que unas cuantas frases. Aparece sin que se nos haya dicho nada sobre su nacimiento y su vida anterior; tampoco se menciona su muerte. No se cita ninguna palabra suya.

Desde esta escasa base histórica, Michel Gasnier en su obra Los Silencios de San José, apoyado en las alusiones evangélicas y los datos de la Tradición, corroborados por los Santos Padres, nos describe al hombre que veló y cuidó en la tierra de María y de Jesús.

Nos muestra a san José silencioso, siempre en la penumbra, fiel a los designios de Dios, solícito con su esposa María y protegiendo a Jesús como un buen padre de familia.


Sería un error el querer medir su grandeza y su papel en los designios de Dios por el escaso lugar que ocupa en el Nuevo Testamento, de aquí que el autor nos quiera invitar a conocer más de cerca de una de las personas que más cerca estuvo de Jesús.

Los textos del Evangelio relativos a José están repletos de tesoros ocultos. Los detalles que nos suministran, por sobrios que sean, se convierten, cuando se meditan, en extraordinariamente esclarecedores. Bastan para hacer un retrato suyo exacto y atractivo, en absoluto ficticio.

Su vida oculta y aparentemente borrosa, toma a ojos del lector un relieve impresionante. La oscuridad en la que aparecía estar sumergido, se nos revela radiante de esplendor.

Cuando más se escrutan los textos y se medita sobre ellos, más luz proyectan, descubriéndonos cosas grandes y bellas.

Con objeto de suplir los silencios de la Sagrada Escritura, el autor ha compuesto esta vida de san José como un ensayo de reconstrucción histórica de la vida de san José y a la vez un estudio sobre su espiritualidad.

Lo que ha llamado “el silencioso” para subrayar lo que, a nuestra manera de ver, es una de las características más atractivas de su persona.

No se trata pues de una obra novelada, en absoluto, ya que sigue lo más de cerca posible el relato evangélico y se ajusta siempre a las enseñanzas de la Iglesia.

Además, se basa en la considerable aportación de los Padres de la Iglesia, de los Doctores, teólogos y hagiógrafos, con sus reflexiones y documentos extra bíblicos casi contemporáneos suyos. Con estas sólidas bases y la maestría en la pluma de Gasnier, no es extraño por lo tanto que el libro alcance ya su 9ª edición.

Muchos santos le tenían gran devoción, como santa Teresa de Jesús, que dijo sobre él: “No me acuerdo, hasta ahora, haberle suplicado cosa que la haya dejado de hacer. Es cosa que espanta las grandes mercedes que me ha hecho Dios por medio de este bienaventurado Santo, de los peligros que me ha librado, así de cuerpo como de alma, que a otros Santos parece les dio el Señor gracia para socorrer en una necesidad; a este glorioso santo tengo experiencia que socorre en todas, y que quiere el Señor darnos a entender que así como le fue sujeto en la tierra, que como tenía nombre de padre siendo ayo, le podía mandar, así en el cielo hace cuanto se le pide” (Libro de la vida, cap. VI).

¿Qué mejor manera de honrar a Jesucristo que acordarnos en el día de su santo de quien tan bien le cuido durante su estancia en la tierra?


Fuente: Ediciones Palabra