Todo
don perfecto, viene del Padre de las luces
Hola,
buenos días, hoy Matilde nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Como
os decía en un reto anterior, hemos cambiado el suelo del dormitorio y ha
quedado muy digno, bello y monástico. En estos pasillos, hay dos ventanas que
alumbran el dormitorio y, bajo ellas, un espacio de pared, de aproximadamente
un metro.
Vimos
entre todas que se podría hacer más conventual este, si hacíamos sendos murales
de cerámica y los colocábamos allí… Sería con motivos dominicanos… ¡A todas nos
entusiasmó la idea!... ¡Y manos a la obra!... ¡Claro que lo elegíamos entre
todas, pero quien debía diseñarlo era una servidora!… ¡El Señor me ha dado este
don, para ponerlo al servicio de la Comunidad!…
Ya
habíamos seleccionado dibujos y escudos, y comencé a realizarlo…
Siempre
que hago cosas así, me siento interiormente sobrecogida: ¡Como si no fuera
capaz!… Y es que yo veo mi impotencia y que no puedo, porque es verdad esto, y
me lo repito: “¡Tú no puedes!... ¡Esto te sobrepasa!… ¡Pero el Señor te ha
regalado un don que te hace capaz, y puedes!”… ¡Y me pongo manos a la obra!…
¡Comienzo por el principio y acabo por el final!…
Y,
en estos trabajos, colaboramos, generalmente, varias hermanas, ¡que ellas también
tienen sus dones preciosos!: rellenan, sombrean, colorean, perfilan, ¡de
maravilla!… ¡Claro que las caras, con expresión, siempre me tocan a mí!…
Cuando
la Comunidad va viendo nuestro trabajo, lo ponderan… Pero nunca, por gracia de
Dios, pienso que es algo mío o presumo de ello: ¡Es el Señor!... ¡¡Yo no podría
hacerlo pero Él, me hace que pueda!!…
Esto
es motivo, como siempre, de una continua acción de gracias a Dios, que así me
ama como para que haga sus obras bellas… Si me sale algo mal, me digo: “¡Ah,
ahí has puesto tu mano!”, y vuelvo la mirada al Señor y le dejo que Él vuelva a
marcar el camino.
A
veces, me dicen: “¡Qué suerte, hacer esas caras!”… Y yo respondo: “¡Pongo igual
entusiasmo en esto, que en coser una prenda, o en barrer una habitación, o lo
que sea!”… Y me dicen que no es posible, ¡pero yo aseguro que es así!… ¡Todo es
para vivir en continua acción de gracias a Dios!…
Jesús
nos dice en sus parábolas de los talentos que a todos ha dado dones y talentos,
a nadie ha dejado sin nada. Ahora nos dice que, con nuestra libertad, obremos
con estos dones.
Porque
seguro que hay veces que te comparas y quieres ser como el vecino, o tener lo
que tiene tu hermano... pues al compararte te pones una venda en los ojos para
ver los dones que el Señor te ha regalado a ti.
Una
de las grandes riquezas que Dios nos ha dado es que a todos nos ha creado
diferentes y, como tal, entre todos hacemos su Iglesia.
Hoy
el reto del amor es que te hagas consciente, en un rato de oración, de los
dones tan grandes que Dios te ha regalado y que le des infinitas gracias…
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma