Referente
real
Hola,
buenos días, hoy Joane nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Al
vivir en el Monasterio, a la hora de dibujar, tenemos un pequeño problema, y es
que no tenemos “modelos reales en vivo”: un niño jugando, un anciano
paseando... y nos tenemos que apañar para conseguirlos de alguna manera cada
vez que tenemos que dibujar, pidiendo posar a hermanas para captar los
distintos movimientos: subir escaleras, saltar, bajar, coger... o buscar alguna
imagen en la que inspirarnos que realmente muestre aquello que queremos
expresar.
El
otro día me dieron una mano y una persona. Bueno, no de carne y hueso, pero son
dos especies de maniquíes totalmente articulados y que permiten hacer con ellos
toda clase de movimientos. Unas veces los pongo saludando; otras, cogiendo
algo, corriendo... y, como se están quietecitos, se me hace más sencillo poder
dibujar aproximándose un poco a la realidad.
Los
referentes reales en el dibujo son importantes, pero aún más en el Amor.
Tenemos
referencias del amor que hemos recibido de nuestros padres, de nuestra familia,
de nuestros amigos... que nos hacen actuar de una manera u otra con los demás.
Solemos
actuar por referencia; por ello es importante que nuestra referencia no sea
solo humana, pues resulta incompleta, sino dar la oportunidad a Cristo para que
sea nuestra referencia del Amor Verdadero; pedirle a Él que nos enseñe cómo Él
ama, cómo perdona, acoge, abraza, consuela... dejarnos amar por Él, abrazar por
Él, perdonar por Él, y una vez que tenemos Su referencia en nosotros, dibujar
cómo es Su amor en nuestros actos y mostrárselo a los demás.
Primero
lo recibo todo de Cristo, para después poder darlo.
Hoy
el reto del amor es poner el día en manos de Jesús y que seas referente de Su amor
para los demás con tu sonrisa: al entrar en el autobús, en clase, en el
trabajo... Que el Amor de Cristo sea tu referente para que puedas amar desde Su
Amor.
VIVE
DE CRISTO