"Alabado
sea Dios por darme la gracia del valor para compartir al mundo las profundas
heridas que Él ha sanado en mi vida… Gracias, Santísima Virgen María, por
llevarme a tu Hijo. Te estaré siempre agradecida."
Durante
años Kendra Von Esh desempeñó diversos cargos ejecutivos en empresas
norteamericanas logrando mantener en secreto su debilidad: era adicta a la
marihuana.
Testimonio que ha compartido en videos, conferencias y desde su propio
portal web con absoluta sinceridad: “No creía tener un problema. Pensaba que la
marihuana debían legalizarla en todas partes por ser inofensiva y mejor que el
alcohol. Creía, como muchos, que era algo 'natural' y que podría dejarla en
cualquier momento”.
Pero
tal como señala el dicho: Tanto va el cántaro al agua que al final se rompe. Y
fue entonces que esta mujer tendría su “noche oscura”.
Negando y ocultando la
verdad
Reconocer
su adicción ha sido un proceso doloroso. Tanto, que incluso mantuvo el secreto
de esta fragilidad muchos años después de haber sido liberada, según ella misma
nos relatará.
Comenzó
a fumarla en su adolescencia porque era divertido. Le parecía, dice, que
estando drogada reía más y la vida era entretenida. De esta forma, poco tiempo
después no podía empezar el día sin fumar hierba y cuando se le acababa, era
una obsesión el conseguir más. Poco importaba si esto era o no legal, mientras
pudiese consumirla... Se estaba convirtiendo en adicta.
En
el colmo de la negación, cada mañana le entregaba su alijo de droga diaria al
esposo para que lo escondiera y así ella no se la fumara toda de una sola vez.
Pero en cuanto el marido se iba ella daba vuelta todo en casa hasta encontrar
la droga y fumarla. Aun así, seguía negándose a reconocer que era adicta.
Desperdiciando el don de
la vida
Su
dependencia, reconoce, se potenciaba además en otros trastornos anexos: “Como
muchos saben, el antojo compulsivo de comer es un efecto secundario del fumar
marihuana. Debido a esto me daba atracones y luego purgas; la bulimia entraba y
salía de mi vida. Después de la purga comenzaba a beber porque no quería volver
a comer. Luego me daba un atracón de nuevo, porque no tenía nada en el estómago
más que alcohol. Por último, buscaba el placer en forma de pornografía, auto -
gratificación, promiscuidad e innumerables horas sin sentido frente al
televisor hasta que me dormía. Desperdiciaba mi vida, mi alma, mi cuerpo y mi
mente”.
Tanto
durante sus estudios universitarios como en el ejercicio profesional, Kendra
dice haber tenido serias dificultades para aprender y recordar cosas. Por ello
valida los estudios médicos que acusan el nocivo impacto que durante la
adolescencia genera el consumo de marihuana para el desarrollo del cerebro. “No
había duda de que este era mi caso. Pero no pensé en ello porque nunca estuve
lo suficientemente sobria o tranquila; nunca reflexioné sobre nada”, rubrica.
El plan de Dios
En
la Pascua de 2013, “Dios me trajo de vuelta a la Iglesia Católica después de
décadas huyendo de la Fe”, dice Kendra y en su relato nos revela los emotivos
detalles de una intervención extraordinaria de la gracia que la liberó de sus
adicciones:
De
forma accidental entró un día al kiosko del Instituto San Agustin, anexo a la
parroquia cercana a su hogar. Allí captó su atención una “oferta” sobre la Consagración
al Inmaculado Corazón de María del Padre Michael Gaitley. “En ese momento
-comenta Kendra- no entendía el papel de María en la Iglesia y por qué todos
parecían ser tan devotos de ella. Tampoco sabía de las apariciones marianas ni
de los días festivos durante estos primeros meses de mi viaje. Pero me gustaba la idea de un camino más
rápido a Jesús, que era a través de ella; así que compré el libro, “33 days to
Morning Glory”. Decidí empezar este acercamiento a Jesús en mi cumpleaños, el 9
de noviembre”, confidencia.
Consagración al Inmaculado
Corazón de María
Sin
mucha certeza de lo que involucraba la lectura diaria de estas oraciones,
decidió abandonarse a lo que esos textos fueran mostrándole. Tampoco expresó en
sus rezos ninguna intención, pues el manual aconsejaba dejar que la Virgen
María fuera el puente de las gracias que Su Hijo decidiera entregar. Mientras
rezaba, la conciencia le recordaba a Kendra que ella era consumidora de
marihuana, pero silenciaba esas voces pues no estaba lista para soltar
amarras. “Honestamente no pensé que
estaba haciendo algo malo”, señala esta mujer en referencia a su adicción y
otras de sus fragilidades ya descritas.
Y
llegó el momento de responder a Dios y ser liberada por su misericordia... “Me
consagré a Jesús a través de María en la Fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe.
El día anterior, fumé mi último poco de marihuana. El 12 de diciembre fui
milagrosamente curada de mi adicción. No quería fumar. No tenía ganas de
escarbar en el cenicero para fumar los restos de cogollos y no volví a
comprarlos.
Mi
marido estaba impactado y como yo, cree que ha sido un milagro porque yo nunca
había estado en paz sin marihuana. Nunca. Y el hecho de que no la quisiera y no
la fumara durante casi un año fue la prueba de que era un regalo de Dios.
Se
lo debo todo a María por llevarle esa necesidad a Jesús, quien con gusto
respondió a la petición de su mamá. Probablemente estés pensando, ‘¿Casi un
año? ¿Qué ha pasado?’ Pues, que me caí... dos veces. Reaccioné a la primera
caída de una manera y a la segunda de otra completamente diferente. Solo puedo
decir: «Sed sobrios y velad. Vuestro adversario, el Diablo, ronda como león
rugiente, buscando a quién devorar» (1 Pedro 5,8)... Alabado sea Dios por darme
la gracia del valor para compartir al mundo las profundas heridas que Él ha
sanado en mi vida.
Toda
la gloria y el honor son tuyos, Señor, por siempre. Gracias, Santísima Virgen
María, por llevarme a tu Hijo. Te estaré siempre agradecida. Me he consagrado a
Jesús a través de María cinco veces y me acerco a la sexta con el libro de San
Luis de Montfort La verdadera devoción a María".
Fuente: Portaluz