COLABORACIÓN DE JUAN CARLOS CARVAJAL PARA ESTE DOMINGO

Domingo VII (Ciclo A)

MONICIÓN DE ENTRADA

Buenos días, sed bienvenidos a la Acción del gracias del Señor.

Cada vez que nos reunimos en torno al Altar para celebrar la Eucaristía, nos constituimos en Asamblea santa, en Pueblo sacerdotal, Pueblo escogido por el Señor para ser servidores de su Reino.

Es una gracia inmerecida que el Señor se haya fijado en cada uno de nosotros y nos haya hecho participes de su intimidad y de su misión. 

Preparémonos para escuchar su Palabra y para gustar el Pan de vida que parte con nosotros en esta celebración.


MONICIÓN A LAS LECTURAS

Hoy seguimos escuchando el Sermón del Monte en el que Jesús proclamando la nueva ley que concreta y radicaliza el mandamiento del amor.

Ante unas exigencias tan extremas y conocedores de nuestra debilidad, tenemos la tentación de hacer oídos sordos a sus palabras; y pensar que sus mandatos no pueden ser para nosotros.

Demos fe a sus palabras. Dejamos que ellas conformen nuestras vidas para dar testimonio del Padre.

Escuchemos con atención las lecturas que la Liturgia hoy nos ofrece.


ORACIÓN DE LOS FIELES

A cada suplica respondemos: Padre, atiende nuestra oración.

- Por todos los que formamos la Iglesia, para que no rebajemos la exigencia cristiana y aspiremos a ser santos como nuestro Dios es santo. OREMOS.

- Por los poderosos, por los que tienen algún tipo de influencia en nuestro mundo, para que asuman sus responsabilidades y busquen el bien común. OREMOS.

- Por quienes viven en soledad, por los que carecen de de afecto y amor, para que por el cariño y cercanía de los cristianos se sientan queridos por Dios. OREMOS.

- Por las víctimas del mal, por los que sienten rencor y odio por sus verdugos, para que encuentren la paz en Cristo y se abran a la gracia del perdón. OREMOS.

- Por todos los que celebramos esta Eucaristía, para que aspiremos a la perfección de amor a la que Jesús nos llama. OREMOS.


ORACIÓN FINAL

Señor, nos desconciertan tus palabras:
“Sed perfectos como vuestro Padre es perfecto”.
“Sed santos como yo soy santo”.

Señor, nos pides algo
que no entra en nuestros planes,
algo que incluso supera nuestras fuerzas.
¿Cómo podemos ignorar
nuestra impotencia y debilidad?
¿Cómo podremos llegar a ser santos
como tú lo eres, Señor?

Y, sin embargo, algo traemos a la memoria:
Tú no pides nada que no lo hayas dado.
Tú, en el bautismo, nos has infundido tu Espíritu,
ese Espíritu del Padre que nos asemeja a Ti.

Te pedimos, Señor, Jesús,
que nos ayudes a contar siempre con tu gracia,
y a no confiar en nuestros buenos propósitos,
en nuestras fuerzas y capacidades.

Haz que tu amor fluya por nosotros,
para que sea él el que nos lleve más allá
de nuestras medidas y previsiones.
Señor, que sea él el que nos haga santos,
para que amando como Tú nos amas,
nuestros amigos y vecinos te glorifiquen a Ti.

Gracias, Jesús, porque cuentas con nosotros.