Movimiento de los
Focolares
Chiara Lubich
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Su carisma
La
fraternidad universal, que viene de las palabras de Jesús: “Que todos sean uno”
(Jn 17, 21). Queremos contribuir en la construcción de un mundo más unido,
basado en el respeto y valorización de las diversidades; y hacerlo a través del
diálogo y la vida junto a cada persona que encontramos; sin importar su edad,
color, creencia,… o mejor dicho, gracias a la diversidad y riqueza que cada uno
aportamos.
¿Cómo surge? ¿Cuál es su
historia? ¿Quién o quienes lo fundaron?
Nace
en Italia durante la II Guerra Mundial, un momento en el que la deshumanización
era palpable… bombas y destrucción por todas partes. Chiara Lubich
–fundadora y de la que en 2020 celebramos el centenario de su nacimiento-
descubre que el Evangelio se puede vivir en cada situación de la vida, que es
actual y lleva en sí la presencia de Jesús. Comienza a vivir cada palabra de
éste al pie de la letra junto a sus amigas y conocidas; el grupo se va
ampliando al tiempo que el amor recíproco se vuelve estilo de vida que
contagia.
La
nuestra es una espiritualidad de comunión, vamos a Dios junto a los hermanos. Y
esto se nota ya en esos comienzos. Es verdad que fue con Chiara que todo
comenzó, pero sin las personas con las que entraba en contacto, nada hubiera
sido posible; cada uno aportaba algo que se ponía en común y multiplicaba la
comprensión del amor de Dios y por tanto, también su encarnación. De esta
forma, se llega a todos los continentes y todo tipo de personas, de las más
variadas culturas y religiones; también se abre a las más variadas disciplinas
y al mundo de la política o la economía… todo lo que tiene que ver con el
hombre es susceptible de ser permeado siempre por un amor más grande.
¿Qué aporta el Movimiento
de los Focolares a la acción misionera de la Iglesia?
Como
hemos dicho, para Chiara todo empezó con el querer vivir cotidianamente las
palabras de Jesús y así surgió la propuesta de vivirlas una a una por un
determinado periodo de tiempo, es lo que llamamos: Palabra de Vida. Esta
práctica aglutina a todos los miembros del Movimiento hoy, en este sentido es
una gran acción misionera pues ayuda a evangelizar nuestra vida cotidiana.
Además
en 1998, en la Vigilia de Movimientos de Pentecostés convocada por San Juan
Pablo II, nuestra fundadora se comprometió – y todos con ella- a recorrer un
camino de comunión con los demás carismas de la Iglesia. Algo que también
intentamos fomentar en España. Y por nuestra naturaleza y misión, también más
allá de la Iglesia… con personas de otras iglesias cristianas, otras religiones
y personas sin credo. El nuestro es un diálogo de pueblo y como pueblo también
nos sentimos en vocación al caminar junto a cada persona. Para ello contamos
con escuelas, actividades laborales, programas de cooperación al desarrollo,
centros de espiritualidad, etc., dependiendo de las necesidades del lugar en el
que nos encontremos.
Fuente:
Pueblo de Dios en Salida