Excesivo
amor
Hola,
buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Había
amanecido con frío. Las temperaturas habían caído escandalosamente por la
noche. Sentí el peso de la responsabilidad en mis hombros: esta semana soy la
encargada de encender la gloria (suelo radiante que funciona a base de leña).
La
gloria se enciende a primera hora de la mañana, y, prácticamente, ya no se
puede tocar en el resto del día, pues se llena todo de humo.
No
iba a permitir que mi Comunidad se escarchase. Calculé todas las posibilidades:
el frío, el viento glaciar, que tal vez el fuego no se encendiese bien... y
metí tres veces más de leña de lo que generalmente uso.
Lo
hice con todo mi amor, pero lamentablemente, fallé el tiro: las nubes
desaparecieron, sol radiante, sin viento, subió la temperatura y el fuego
encendió a la primera. En la sala casi se me derriten.
Fue
un “exceso de amor”... Desde entonces, antes de meter un solo palito, miro la
previsión meteorológica del día...
De
pronto me vino a la cabeza una antífona que cantamos: “Por el excesivo amor con
que Dios nos amó (...) nos ha hecho vivir con Cristo”.
El
amor de Jesucristo también es así: excesivo, es decir, ¡exagerado!
Cristo
no midió su entrega por nosotros, ¡se dio del todo y para siempre! No calculó,
no miró si responderíamos o no... simplemente, nos amó sin esperar nada a
cambio. Sin buscar ni siquiera un “gracias”. Te ama sin motivos, sin
merecimientos. Te ama porque eres tú, y para Él, eso mismo te hace maravilloso.
El
Señor considera que vale la pena morir por ti. ¡Jesús piensa que tu vida bien
merece la suya! Un amor así, incondicional, gratuito, ¡tan excesivo!, es el
único capaz de derretir todos los miedos y fundir todas las inseguridades...
Hoy
el reto del amor es ser el primero en amar. Te invito a que, como buen
discípulo, imites a tu Maestro: hoy no analices circunstancias, no midas si
merece o no la pena, si tus gestos tendrán recompensa... ¡hoy ama por amor! Al
menos una vez a lo largo del día, da el primer paso para acercarte. ¡Caldea el
ambiente a tu alrededor! ¡Feliz día!
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma