Pero fíjate, a la gente le gustan las familias numerosas
en general. Lo que pasa es que muchas veces vence el miedo
Foto: Belleville Agency |
Carmen Osorio Suárez tenía
un blog de maternidad (nosoyunadramamama.com)
y una cuenta de Instagram (@nosoyunadramama)
con miles de seguidores. Pero hace dos años, perdió a su hija Carmen en la
semana 28 de gestación y tuvo que dar a luz a un bebé muerto.
Entonces pensó en
dejar el blog y las redes sociales, y escribió un último post dando
explicaciones que han terminado salvando la vida de al menos tres niños. Las
contestaciones a esa entrada «eran una especie de terapia para mí» e hicieron
que no abandonara el blog.
¿En qué circunstancias
murió tu hija Carmen?
Ocurrió hace dos años
cuando estaba en la semana 28 de gestación. Empecé a notar que el bebé se movía
menos de lo normal. Llegó un momento en que fue a más, casi no la notaba, y
decidí ir a urgencias para ver si seguía todo bien. Me monitorizaron, miraron
la frecuencia cardiaca del bebé y todo parecía en orden. Como era tarde, me
mandaron para casa y me dijeron que volviera al día siguiente para hacer más
pruebas. Pero esa madrugada empecé a sangrar, fui al hospital y me dijeron que
había fallecido.
Tuvo que ser duro…
Lo pasé realmente mal. El
embarazo de Carmen iba sobre ruedas y yo estaba emocionada porque iba a ser mi
primera hija después de tener otros tres hijos chicos. La caída fue tremenda.
Me pasé varios días en shock. De las peores cosas fue cuando me
ingresaron en el hospital para que diera a luz a mi hija muerta. Es una
experiencia que te deja muy marcada. En un parto, uno espera vida, no muerte.
Además, no estaba preparada para responder a preguntas sobre qué iba a hacer
con el cuerpo del bebé, si lo quería ver y cosas por el estilo.
¿Cómo conseguiste
superarlo?
Empezó en el mismo
hospital. Me dijeron que creían que era mejor que viera a mi hija y que me
llevara su cuerpo, porque quien no lo hace suele tener un duelo más complicado.
Siempre he agradecido este consejo porque lo contrario nunca me lo habría
perdonado. También recibí el apoyo del duelo gestacional de Asturias, al que
asistí durante algún tiempo, y me ayudó mucho el paso del tiempo y hablar con
otras personas que habían pasado por lo mismo. La sanación definitiva fue en el
momento en el que volví a tener mi cuarta hija, Aurora [en la foto]. El
embarazo fue para mí muy difícil, pero cuando nació se cerraron mis heridas.
Fue mi bebé arcoíris, el que llega después de la tormenta.
¿Por qué decidiste contar
el fallecimiento de Carmen en internet?
Después de que muriera
Carmen pensé en dejar el blog y las redes sociales. Y como llevaba varios días
sin publicar nada, la gente me empezó a escribir para saber qué estaba pasando.
Entonces, dije: «Ok, lo dejo, pero al menos voy a explicarle a mis seguidores
lo que está sucediendo. Llevo meses contando cosas de mi embarazo y no puedo
desaparecer de pronto. Si me voy, que la gente sepa al menos qué ha pasado y
por qué necesito desaparecer». Entonces, conté lo que había sucedido y me
encontré con muchísimo apoyo. Varios seguidores me escribieron contándome que
habían vivido algo parecido y me di cuenta de que era una especie de terapia
para mí leer todas estas historias.
La confirmación definitiva
de que había acertado contando en redes sociales la muerte de Carmen fue cuando
vi que mi historia empezó a ayudar a otras personas. En estos dos años y medio
me han escrito personas que me han dado las gracias porque «tu hija ha salvado
la vida de mi hijo. Empecé a notar cosas raras, me fui al hospital y me
tuvieron que hacer una cesárea de urgencia. Si no hubiera leído tu historia,
nunca hubiera ido a urgencias».
Esto me ha pasado en tres
ocasiones. Este mismo 31 de diciembre, por ejemplo, me paró una chica por la
calle, me abrazó y me dijo: «Perdona que te pare, pero es que yo di a luz a una
niña prematura que se murió a los ocho días y tu post sobre la
muerte de tu hija me ayudó muchísimo». Al final, hablar en redes sociales de la
muerte de mi hija ha ayudado a muchas madres.
El éxito de tu blog
contrasta con los bajos índices de natalidad que hay en España…
Pero fíjate, a la gente le
gustan las familias numerosas en general. Lo que pasa es que muchas veces vence
el miedo. A mí me escriben muchas personas diciéndome: «Yo tendría más hijos
pero no puedo porque…». Las razones más comunes son cuestiones económicas. Es
decir, hay mucha gente que quiere y no puede. Aunque también hay gente que sí
podría pero se cree que para tener un hijo hay que tener ya la casa pagada y el
último coche del mercado…
José Calderero de Aldecoa
Fuente: Alfa y Omega