La radio bávara emitió un documental sobre la vida retirada del Papa
emérito dentro de los jardines del Vaticano. “El Papa está completamente en paz
consigo mismo”
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Ein Besuch bei Papst Benedikt XVI - © Bayerischen Rundfunks |
Tras casi 7
años desde su renuncia al solio de Pedro, el Papa emérito Benedicto XVI no
tiene dudas sobre su decisión. “Su renuncia fue una decisión meditada por mucho
tiempo, bien orada y dolorosa, de la que nunca se arrepintió. El Papa está
completamente en paz consigo mismo”, afirmó monseñor Georg Gaenswein,
secretario privado de Benedicto.
Al remarcar su
buen humor alemán: “Él dice: Las rodillas ya no me siguen”. Lo dijo el también
prefecto de la Casa Pontificia, quien compartió detalles sobre la salud y la
vida retirada en los jardines vaticanos del Papa emérito, 92 años, en un documental de 29
minutos realizado por los periodistas Ellen Trapp y Tassilo Forchheimer, en
alemán, para Bayerischer Rundfunk (Br), radio de Baviera,
tierra de origen de la familia Ratzinger.
En efecto, el título
del documental es indicativo: “La pequeña Baviera en Vaticano”. Sí. El
Papa emérito ha transcurrido estos años de retiro en un ambiente que le
recuerda a su casa y afectos más familiares. Comenzando por el lugar donde
prometió rezar por la Iglesia hasta el final de sus días.
En la capilla
del monasterio Mater Ecclesiae, donde reside dentro del Vaticano,
Benedicto XVI ora todas las mañanas a la Madre de Dios, ante una copia
fidedigna dedicada a la imagen de la Virgen Patrona de Baviera, Marienplatz (la
estatua original se encuentra en el centro de la Plaza de Munich) que le fue
regalada por las autoridades de esa región alemana durante su visita apostólica
de 2006.
Esta estatua de
la Virgen, con el niño en brazo, le ha acompañado desde entonces; primero en
los apartamentos papales en el Palacio Apostólico, y ahora en el monasterio,
incluso cabe recordar las fotos de los dos papas: Francisco y Benedicto,
rezando juntos, ante los pies de la estatua.
A las 7.30 am,
Benedicto XVI inicia su día en la capilla del pequeño monasterio, donde celebra
misa con monseñor Gaenswein y las religiosas que le cuidan. Pasa mucho tiempo
en su oficina, rodeado de libros, imágenes religiosas y fotos. También tiene
una dieta austera, pero llevadera gracias a los sabores de la cocina
italiana y le encantan los dulces bávaros.
Y a quienes le
preguntan sobre su estado de salud, el Papa emérito responde que es “un anciano
al final de su viaje”, como también lo dijo en una entrevista a Il Corriere
della Sera en 2018.
Mons.
Gaenswein, confirma que la salud del Papa es estable, pero comprensiblemente
por su edad, su voz es muy débil y tiene problemas para caminar. “Benedicto es un hombre de 92 años, con una mente clara, por
supuesto; pero que ya ha perdido suficiente fuerza física”.
Ya no camina
como le gustaría, comenta Gaenswein, que prometió en 2005 servir hasta el final
al Papa emérito: “Él dice: ‘Las rodillas ya no me siguen’. Entonces, también es
cierto que la voz es frágil y se ha debilitado. Pero lo más importante es: Él
está de buen humor”.
El papa
emérito, que cumplirá 93 años en abril, recibe cuatro veces al año la visita de
su hermano Georg, 95 años, asimismo recibe visitas dosificadas y responde a un
voluminoso correo de fieles y estudiosos de los cinco continentes. El profesor
Ratzinger nunca se fue en pensión. Además, escucha los informativos televisados
y está abonado a varios periódicos católicos, así como publicaciones de
teología y eclesiología.
Ary Waldir
Ramos Díaz
Fuente: Aleteia