LA EXHORTACIÓN DEL PAPA A LA CONGREGACIÓN PARA LAS CAUSAS DE LOS SANTOS EN SU 50 ANIVERSARIO

Celebramos una ocasión importante: la Congregación para las Causas de los Santos cumple este año medio siglo de vida

El Papa saluda al Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos. (Vatican Media)
“Sigan apoyando el compromiso de los Obispos de difundir la conciencia de que la Santidad es la necesidad más profunda de toda persona bautizada, el alma de la Iglesia y el aspecto prioritario de su misión” les ha expresado el Papa a los miembros de la Congregación para las Causas de los Santos.

“Celebramos una ocasión importante: la Congregación para las Causas de los Santos cumple este año medio siglo de vida”. Con estas palabras el Papa Francisco recibía esta mañana a los miembros del Dicasterio de la Congregación para las Causas de los Santos, entre los que se encontraba el Cardenal Angelo Becciu, Prefecto del Dicasterio que está celebrando el 50 aniversario de su establecimiento.

Fue el 8 de mayo de 1969 cuando San Pablo VI decidió reemplazar la Congregación de los Ritos Sagrados por dos Dicasterios, el de la Congregación para las Causas de los Santos y el de la Congregación para el Culto Divino. “Con esta decisión, permitió dedicar los recursos adecuados de las personas y trabajar en dos grandes áreas claramente diferenciadas, para corresponder mejor tanto a las solicitudes cada vez más numerosas de las Iglesias particulares como a la sensibilidad conciliar” ha explica el Santo Padre.

Ver la Santidad de la puerta de al lado

Después, hablando acerca de los años transcurridos, el Papa ha subrayado como esta Congregación ha examinado una gran cantidad de perfiles biográficos y espirituales de hombres y mujeres, para presentarlos como modelos y guías de la vida cristiana, de hecho – dice el Papa – “las numerosas beatificaciones y canonizaciones que se han celebrado en las últimas décadas significan que los santos no son seres humanos inalcanzables, sino que están cerca de nosotros y pueden apoyarnos en el camino de la vida”.

Francisco además les ha expresado que se debe aprender a “ver la Santidad en el pueblo paciente de Dios”, o dicho en otras palabras: “ver la Santidad en los padres que crían a sus hijos con tanto amor, en los hombres y mujeres que trabajan para llevar el pan a casa, en los enfermos, en las religiosas de edad avanzada que continúan sonriendo”. Es lo que el Papa llama “la Santidad de la puerta de al lado”, esa Santidad “de aquellos que viven cerca de nosotros y son un reflejo de la presencia de Dios”.

La Santidad heroica a veces está escondida

Francisco también les ha expresado que su Dicasterio está llamado a verificar las diversas modalidades de Santidad heroica, “tanto la que brilla más como la más oculta y menos llamativa, pero igualmente extraordinaria” asegura. Pues la Santidad – prosigue el Papa – “es la verdadera luz de la Iglesia” y como tal, “debe colocarse en el candelabro para que pueda iluminar y guiar el camino hacia Dios de todas las personas redimidas”.

Estudiar cuidadosamente los casos y apoyar a los Obispos

Por último, destaca su exhortación “a continuar en el camino trazado y recorrido durante estos cuatro siglos de la Congregación de los Ritos Sagrados, y de los últimos cincuenta años con la Congregación para las Causas de los Santos”. En este sentido, pide a los Consultores de los campos histórico, teológico y médico “llevar a cabo su trabajo con plena libertad de conciencia, estudiando cuidadosamente los casos que se les confían y formulando los juicios relativos con una reflexión madura, imparcial y sin tener en cuenta el condicionamiento, desde cualquier parte que puedan venir”.

A los Postuladores, en cambio, les pide ser cada vez más conscientes de que su función “requiere una actitud de servicio a la verdad y de cooperación con la Santa Sede” y a los demás miembros del Dicasterio les pide “seguir apoyando el compromiso de los Obispos de difundir la conciencia de que la Santidad es la necesidad más profunda de toda persona bautizada, el alma de la Iglesia y el aspecto prioritario de su misión”.

Mireia Bonilla – Ciudad del Vaticano

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