HOY EL RETO DEL AMOR ES PEDIRLE UNOS OJOS NUEVOS AL SEÑOR PARA VER A LOS HERMANOS

Adaptación

Hola, buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.

Seis de la mañana. Oscuros pasillos a mi alrededor que se perdían en la tiniebla. En el silencio del monasterio, solo se oía el eco de mis pisadas...

Al principio, tenía que hacer serios esfuerzos para no dejarme llevar por mi miedo a la oscuridad cuando, por la mañana, voy al piso de abajo a la ducha. Todo está oscuro y en silencio pero, después de tantos paseos matutinos, ¡ya me he inmunizado!

El otro día llegué al piso de abajo. La oscuridad era tan profunda como cada mañana, iluminada solo por la tenue luz que se escapaba del baño, al fondo del pasillo. De pronto, me pareció escuchar unos pasos a mis espaldas.

-¡¡¡Buenos días!!! -me saludó, muy sonriente, Israel.

Yo la respondí con la misma alegría... aunque, eso sí, a punto estuve de agarrarme a las vigas del techo del salto que di...

¡Claro! Como Israel ha pasado a Comunidad, ¡cambian las rutinas que teníamos! ¡Somos una más! Por ejemplo, por las mañanas, ella baja detrás de mí... ¡pero ese primer día yo no me acordaba!

También nos despistamos cuando le toca la cocina (¿con qué grupo va?), la hermana ropera ha preparado ya un cartelito para avisarle de cuándo tiene que echar a lavar las sábanas, en el trabajo hay que contar con una silla más...

¡Todas tenemos que adaptarnos! Entre bromas, solo puedo reírme: es el alegre caos de una familia ¡cuando llega uno más!

Se modifican rutinas, o se dejan proyectos, o se va a otro ritmo... Son cambios para acoger al que llega. ¿Estás dispuesto a ello? Sí porque... ¡Cristo quiere entrar en tu vida! ¡Quiere ser uno más en tu casa!

Eso es el Adviento, la Navidad: este Pequeño quiere formar parte de tu día a día. Y no viene solo, ¡pues te regala hermanos! Eso supondrá cambios, sí, pero no tengas miedo... Con Él, funciona una lógica distinta. Quizá tengas que dejar atrás proyectos tuyos, pero Cristo te regalará una gran familia, ¡con sus matemáticas propias! Pues, cuando se comparte, ¡las penas se dividen y las alegrías se multiplican!

Hoy el reto del amor es pedirle unos ojos nuevos al Señor para descubrir a los hermanos. A lo largo del día, estate atento a una necesidad que surja a tu alrededor, ¡y sé instrumento del Señor! Tal vez tengas que cambiar tu rutina o tus planes por ayudar a esa persona... ¡pero la alegría de construir la familia del Señor es la mayor satisfacción! ¡Feliz día!

VIVE DE CRISTO

Fuente: Dominicas de Lerma