En los últimos cuatro años,
el terrorismo ha dejado en este país un balance de 700 muertos y más de millón
de desplazados. Este mismo mes, 14 personas fueron asesinadas durante un
tiroteo en el interior de una iglesia
Foto: AFP/Michele Cattani |
El ataque de un grupo de
yihadistas al pueblo de Arbinda, en Burkina Faso, en el que han muerto 35
civiles, ha llevado a las autoridades del país a imponer dos días de luto. En
consecuencia, este país africano en el que un 20 % de la población es
cristiana, ha cancelado las ceremonias religiosas con motivo de la Navidad.
Este atentado, perpetrado
por docenas de milicianos en motocicletas duró varias horas y, aunque ningún
colectivo concreto lo ha reivindicado, en la zona existen grupos armados afines
a Al-Qaeda y el Estado Islámico a los que se achaca la matanza.
«La mayoría de las víctimas
han sido mujeres», ha explicado en un comunicado Roch Marc Christian Kabore,
presidente del país. Además, ha resaltado «la heroica acción de nuestro
soldados», quienes acabaron repeliendo a los terroristas.
Por su parte, el Consejo
Mundial de Iglesias ha expresado su rechazo al atentado. «En pleno nacimiento
del Príncipe de la Paz, este ataque nos ha recordado que el conflicto y la
violencia son el día a día para muchas comunidades», valora al respecto el reverendo
Olav Fykse Tveit, secretario general de esta institución.
«Rezamos por las víctimas de estos ataques,
sus familias y toda la gente de Burkina Faso para que estén a salvo de la
crueldad y libres de todo miedo», añade.
Desde 2015, cuando comenzó
a extenderse la violencia por el Sahel, Burkina Faso sufrió con mayor
frecuencia los ataques de grupos extremistas.
En estos cuatro años, han
dejado un balance de 700 muertos y más de millón de desplazados. Este mismo
mes, 14 personas fueron asesinadas durante un tiroteo en el interior de una
iglesia.
Fuente: WCC/Alfa y Omega