«Se
dice que hay demasiadas imágenes de la Virgen. A mí todas me parecen pocas”
El
santuario de Torreciudad se encuentra en el norte de España, en la zona de los
Pirineos Aragoneses. Antiguamente era una ermita situada en un lugar remoto,
metido entre montañas, pero en la actualidad se trata de un santuario de fácil
acceso que se caracteriza por el silencio, la paz y el bello entorno natural
que le rodea.
Fue
el siglo XI cuando inició la devoción popular hacia este santuario mariano cuya
atención espiritual está confiada a la Prelatura del Opus Dei. Fue promovido
por San Josémaría Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei.
Él
mismo contaba la historia de que en 1904, con 2 años de edad, contrajo una
grave enfermedad y fue desahuciado por los médicos. Su madre rezó intensamente
a la Virgen y, días más tarde le llevó, sorprendentemente curado, en
peregrinación de acción de gracias a la ermita de Nuestra Señora de
Torreciudad. Josemaría Escrivá de Balaguer: «Se dice que sobran santuarios de
la Virgen, se dice que hay demasiadas imágenes de la Virgen. A mí todas me
parecen pocas. Y ahora, con la ayuda de todos, con la oración de todos, con el
sacrificio de todos, estamos levantando un santuario, uno más, pero que ya
existía en el siglo XI».
La
ermita albergaba la imagen original de la Virgen hasta su traslado al
santuario. Se trata de una Virgen morena, semejante a la de Nuestra Señora de
Montserrat de Cataluña en España. Existe la leyenda de que se apareció a unos
leñadores de Bolturina, un pueblecito cercano a Torreciudad, declarándoles su
deseo de ser allí venerada. En la cripta hay cuatro capillas, dedicadas a la
Sagrada Familia y a las advocaciones de Loreto (Francia), El Pilar
(Zaragoza-España) y Guadalupe (México). Tres galerías recogen los misterios del
rosario, en cerámicas de José Alzuet.
Una
de las características de este santuario es que quiere ser un lugar de
reconciliación con Dios a través de los sacramentos. San Josemaría esperaba de
la Virgen abundantes frutos espirituales, y por esto hizo que se construyeran
muchos confesionarios. Josemaría Escrivá de Balaguer: «Le pedimos a la Señora
que haga muchas gracias espirituales, de esas que no se conocen, que no se
conocerán más que en el cielo. Los que vayan irán a decirle a la Virgen que la
quieren, tendrán que hacer algunos sacrificios evidentemente. Y Ella volcará la
gracia de su Hijo, especialmente a través del sacramento, de la penitencia».
Este
es un santuario muy familiar. El principal encuentro del año es precisamente el
de las familias. Acuden unas 15.000 y confían a la Madre de Dios la resolución
de problemas, bendición de matrimonios etc. Además, este santuario conforma la
llamada “Ruta mariana”, que pasa por Montserrat, El Pilar, Torreciudad y
Lourdes. Otra peculiaridad es que existe una galería de advocaciones marianas
de otros lugares. La galería comienza en 1984 cuando, con motivo del IX
Centenario de Torreciudad, se invita a conocidos santuarios marianos a venir en
peregrinación para entronizar a sus patronas y dejar como recuerdo una réplica.
Se pueden ver casi doscientas las imágenes de la Virgen. La galería no es un
museo sino que son el testimonio espontáneo del amor a la Virgen que un grupo
ha querido dejar en Torreciudad.
En
muchos casos, además, se ha hecho tradicional volver todos los años a sacar en
andas a la venerada imagen, reviviendo las costumbres e interpretando los
himnos locales. Es así como este santuario de los leñadores ha pasado a ser un
foco mariano internacional.
Oración
«Santa María, Madre de
Dios. Llevas ya novecientos años presidiendo estos montes, Santa María de
Torreciudad, reflejando en las aguas azules del pantano la vieja ermita y la
torre nueva que unen la fe de ayer y de mañana. Aquí venimos a buscar tu
sombra, a recibir el cuerpo y el perdón de tu Hijo, a rezar en silencio para
volver contando al mundo tu pureza y la que tú contagias a tus hijos amándoles» (José L. Martín Descalzo)
H2O
Studio
Fuente:
Aleteia