Hay un regalo para ti
Hola,
buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Hacia
el final de la tarde, tenía que subir a coger material que necesitábamos para
terminar un trabajo cuando, al subir las escaleras, una extraña luz me llamó la
atención.
Era
una luz impactante, rosa, que coloreaba todo el cielo. Y con el gran ventanal
de la galería, no pude menos que detenerme a contemplar, ¡era un atardecer
impresionante!
Fueron
apenas unos segundos, pero me paré a disfrutar de aquel regalo. Y fue entonces
cuando el Señor me sorprendió haciéndome comprender que cada instante es eso,
un regalo; es como aquel atardecer, ante el que solo tienes dos opciones:
disfrutarlo o dejarlo pasar.
Y
aquello me dio un golpe en el corazón pues, con todo el ajetreo de la nueva
celda y de que me falta menos de un mes para pasar a Comunidad, me voy
acelerando, pensando en si me falta por hacer esto y aquello, en que me
gustaría dejar esto otro bien hecho, en que... y, sin embargo, lo único
importante es disfrutar de cada instante... ¡disfrutar del momento presente!
Solo
en el presente podemos ver a Cristo; el pasado ya le pertenece a Él, y el
futuro todavía no ha llegado, está en Sus Manos. El presente es donde Él se
manifiesta, para que siempre tengamos la certeza de que Él está.
Él
es quien se ocupa de sorprendernos a cada instante y, cuando le damos la mano,
comenzamos a descubrir los distintos “atardeceres” que va dibujando en nuestro
camino, como esa canción que tanto te gusta y de pronto suena en la radio en
medio de un atasco, como ese abrazo de tu hijo cuando llegas a casa después de
una jornada intensa, como ese rato familiar en el que sencillamente puedes
disfrutar de estar juntos... ¡solo cuando vivimos en el presente no nos
olvidamos de amar!
Hoy
el reto del amor es descubrir al menos un regalo del Señor para ti. Y, cuando
lo descubras y se presenten ante ti las dos opciones, no lo dejes pasar: elige
disfrutar de ese regalo, elige apostar por el amor, confía todo lo demás a Su
cuidado. La felicidad no consiste en vivir “momentos felices”, sino que, de la
mano de Cristo, cada momento estará lleno de felicidad.
VIVE
DE CRISTO
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¡Feliz
día!
Fuente:
Dominicas de Lerma
