Con la exhortación de “salir” al encuentro de Cristo, el Papa Francisco
inició su homilía dedicada a los jóvenes
Anclados en Cristo, arraigados a la fe de los mayores,
no tenerle miedo al futuro, porque el Señor “tiene un plan para cada uno":
fueron las líneas generales del mensaje que el Papa Francisco quiso dar a los
jóvenes tailandeses, en la homilía de la Misa que celebró con ellos.
En la Catedral de la Asunción el Papa Francisco
celebró la misa con los jóvenes, tras haberse encontrado con los líderes
cristianos y de otras religiones en la Universidad de Chulalongkorn.
Cristo los
espera, Él tiene un plan para cada uno
Con la exhortación de “salir” al encuentro de Cristo,
el Papa Francisco inició su homilía dedicada a los jóvenes, invitándolos
también a dar la bienvenida a Cristo “con inmensa alegría y amor”, como sólo
los jóvenes pueden hacer.
Antes que nosotros salgamos a buscarlo, sabemos que el
Señor nos busca, viene a nuestro encuentro y nos llama desde la necesidad de
una historia por hacer, por crear e inventar. Vamos hacia adelante con alegría
porque sabemos que allí nos espera.
El Pontífice habló a los jóvenes tailandeses del
“plan” que el Señor tiene para cada uno de ellos: “El Señor sabe que por medio
de ustedes, jóvenes, entra el futuro en estas tierras y en el mundo, y con
ustedes cuenta para llevar adelante su misión hoy”, les aseguró.
A veces falta
el combustible para tener encendido el fuego del amor
Reflexionando sobre la parábola de las diez jóvenes
invitadas a formar parte de la fiesta del Señor, que fue escuchada en el
transcurso de la Misa, Francisco puntualizó que ellas “tenían un gran impulso y
motivación” y querían participar del llamado y la convocatoria del Maestro. Sin
embargo, con el tiempo, “se fueron apagando, se les fueron agotando las fuerzas
y las ganas”, y así “llegaron tarde”. A las jóvenes, dijo el Papa, “les faltó
el aceite necesario, el combustible interior para mantener encendido el fuego
del amor”.
¿Cómo buscar al
Señor en cada situación?
El Papa quiso así hacer notar la frecuencia con la que
frente a los problemas y obstáculos, al sufrimiento o la impotencia, ganan
espacio “la incredulidad y la amargura” haciendo que “se enfríe nuestro
corazón”.
Por eso, me gustaría preguntarles: ¿Quieren mantener
vivo el fuego capaz de iluminarlos en medio de la noche y de las dificultades?,
¿quieren prepararse para responder al llamado del Señor?, ¿quieren estar listos
para hacer su voluntad? ¿Cómo procurarse el aceite que los mantiene en
movimiento y los impulsa a buscar al Señor en cada situación?
Bien arraigados
a la fe de los mayores
Ustedes, recordó a los jóvenes, “son herederos de una
hermosa historia de evangelización que les fue transmitida como un tesoro
sagrado”. Y, “para que el fuego del Espíritu no se apague”, es necesario “estar
bien arraigados en la fe” de los mayores:
Esto no para quedarse presos del pasado, sino para
aprender a tener ese coraje capaz de ayudarnos a responder a las nuevas
situaciones históricas.
Los padres, abuelos y maestros, resistieron “muchas
pruebas y sufrimientos”, pero en el camino “descubrieron que el secreto de un
corazón feliz es la seguridad que encontramos cuando estamos anclados en
Jesús”, les recordó.
Imposible
crecer sin raíces fuertes
Como los árboles sin raíces, que aun siendo jóvenes y
bellos pueden caer por las tormentas, el Papa habló a los jóvenes del futuro,
asegurándoles que “es imposible que alguien crezca si no tiene raíces fuertes
que ayuden a estar bien sostenido y agarrado a la tierra”.
Sin este firme sentido de arraigo, podemos quedar
desconcertados por las “voces” de este mundo que compiten por nuestra atención.
Muchas de ellas son atractivas, propuestas bien maquilladas que al inicio
parecen bellas e intensas, aunque con el tiempo solamente terminan dejando
vacío, cansancio, soledad y desgana, y van apagando esa chispa de vida que el
Señor encendió un día en cada uno de nosotros.
No le tengan
miedo al futuro
Casi al final de su discurso Francisco animó a los
jóvenes a que “arraigados en Cristo”, mantengan viva la alegría y “no tengan
miedo de mirar el futuro con confianza”:
La amistad cultivada con Jesucristo es el aceite
necesario para iluminar el camino, vuestro camino, pero también el de todos los
que los rodean: amigos, vecinos, compañeros de estudio y trabajo, incluso el de
aquellos que están en total desacuerdo con ustedes.
“¡Salgamos al encuentro de Cristo el Señor que
viene!”, exhortó una vez más el Papa. Y concluyó alentándolos a no tenerle
miedo al futuro, y a no dejarse “achicar”:
“Sepan que ahí el Señor los está esperando para
preparar y celebrar la fiesta de su Reino.”
Agradecimientos
del Papa al concluir la Misa
Al término de la celebración, el Papa agradeció a
todos los que hicieron posible su visita a Tailandia y a los que han colaborado
a su realización.
Francisco renovó también su gratitud al Rey Rama X, al
Gobierno y a las autoridades del país por la acogida.
Agradeció a los obispos, al Cardenal Francis Xavier, a
los sacerdotes, religiosas, religiosos, a los fieles laicos, a los jóvenes y
voluntarios y a quienes lo han acompañado con sus oraciones y sus sacrificios,
y, de modo especial, a los enfermos y a los encarcelados.
Que el Señor los recompense con su consuelo y la paz
que sólo Él puede dar. Y les dejo una tarea: no se olviden de rezar por mí.
¡Gracias!
Griselda Mutual – Ciudad del Vaticano
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