Monseñor Reig Pla
clausura este sábado en Alcalá de Henares la fase diocesana de la causa de
canonización de 44 mártires de la persecución religiosa de los años 30 del
siglo XX
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Foto ABC
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Son 14 sacerdotes
diocesanos, 14 religiosos –ocho agustinos, cinco maristas y una clarisa– y 16
laicos, entre los que se encuentra el dramaturgo Pedro Muñoz Seca. «Nuestra
diócesis nació a la sombra de la Cruz con el martirio de los santos niños Justo
y Pastor, por lo que tenemos una clara vocación martirial», asegura el obispo
de Alcalá de Henares, Juan Antonio Reig Pla, en un mensaje con motivo de la
clausura de la fase diocesana de canonización de 44 mártires, que tiene lugar
el sábado a las 17:00 horas en la catedral complutense.
Esta vocación martirial
se completa ahora con esta nueva causa de canonización abierta en la diócesis,
con lo que «se acrecienta nuestro patrimonio espiritual», asegura el obispo.
Estos mártires son «nuestros campeones del espíritu, testigos de la fe,
estrellas en el firmamento que vienen a iluminar la noche cultural que vivimos
en España», afirma Reig Pla.
Entre ellos está el
dramaturgo Pedro Muñoz Seca, autor de La venganza de don Mendo, casado
y padre de nueve hijos, que fue encerrado en la cárcel de San Antón, en Madrid,
al poco de estallar la guerra, durante cuatro meses.
Tras confesarse, pocas
horas antes de morir, escribiría una carta apresurada a su mujer: «Cuando
recibas esta carta estaré fuera de Madrid. Voy resignado y contento. Dios sobre
todo. Voy muy tranquilo sabiendo que tú siempre serás el ángel bueno de todos.
El mío lo has sido siempre, y si Dios tiene dispuesto que no volvamos a vernos
mi último pensamiento será siempre para ti. P.D.: Como comprenderás, voy muy
bien preparado y limpio de culpas». El 28 de noviembre de 1936 fue fusilado en
Paracuellos del Jarama.
Encabeza la causa Eduardo
Ardiaca Castell, canónigo de la catedral, que al estallar la guerra se fue a
refugiar con la familia de una de religiosa de la diócesis. Sin embargo, fue
detenido el 11 de agosto y, tras ser torturado, fue fusilado en un basurero
junto a las tapias del cementerio local.
Entre los laicos también
figura Ricardo de la Cierva, abogado y padre del historiador del mismo nombre,
que era conocido por su fe y por oponerse al incendio de la iglesia de los
Jerónimos. Conducido a la cárcel Modelo, pudo escapar de la saca que lo llevó a
la muerte, pero se negó porque no quería abandonar la galería en la que estaba
encargado del botiquín con el que ayudaba a los enfermos.
Esta es solamente la
primera de las causas que tiene en la agenda la diócesis de Alcalá de Henares,
pues ya está muy adelantado el trabajo para abrir dos nuevos procesos en los
que se sumarían otros 95 mártires, con una proporción equivalente de sacerdotes
diocesanos, religiosos y religiosas, y laicos.
Juan Luis Vázquez
Díaz-Mayordomo
Fuente: Alfa y Omega
Foto ABC