COLABORACIÓN DE JUAN CARLOS CARVAJAL PARA LA FIESTA DE TODOS LOS SANTOS

Todos los Santos

MONICIÓN DE ENTRADA

Buenos días, hoy celebramos la solemnidad de Todos los Santos. Mañana nos reuniremos para celebrar la conmemoración de los Fieles difuntos.

Entre hoy y mañana celebramos el misterio de la Iglesia. Una Iglesia que es al tiempo, gloriosa en sus santos, peregrina en nosotros y purgante en los difuntos. Y todos unidos en un solo Cuerpo, el de Jesucristo nuestro Señor. 

Preparémonos a celebrar hoy con gozo la vida de los mejores hijos de la Iglesia, que aunque no sepamos su nombre, están en la Gloria de Dios intercediendo por nosotros.


MONICIÓN A LAS LECTURAS

Todos los bautizados estamos llamados a ser santos como nuestro Dios es Santo.

 ¿Pero que es la santidad? Y lo que es más importante, ¿realmente está a nuestro alcance el poder ser santos?

Hoy las lecturas nos iluminan de un modo especial y nos animan a reproducir en nuestras vidas aquellas virtudes que nos permiten parecernos a Cristo, el verdadero Santo de Dios.

Escuchemos con atención la Palabra que hoy se nos proclama.


ORACIÓN DE LOS FIELES

A cada petición respondemos: ¡Haznos santos como Tú eres Santo!

- Por el Papa, los obispos y sacerdotes, para que en fidelidad a su ministerio de santificación estén siempre al servicio del pueblo de Dios. OREMOS.

- Por nuestra patria, para que superando cualquier división pongamos los medios necesarios para recuperar la concordia y el proyecto común. OREMOS.

- Por los niños y jóvenes cristianos para que no repriman su deseo de plenitud y fieles a Cristo sigan los caminos que conducen a la santidad. OREMOS.

- Por los que buscan la fe, para que encuentren testigos del Evangelio que les aliente en su búsqueda de Dios. OREMOS.

- Por todos nosotros, para que cultivemos nuestra vida cristiana, para que apoyados en la Palabra de Dios, en los sacramentos y en la vida fraterna nos vayamos identificando con Cristo. OREMOS.


ORACIÓN FINAL

Dios, Padre de bondad,
tres veces Santo en la unidad del Hijo y del Espíritu,
tuyo es el poder y la gloria,
tuya la piedad y la misericordia.
¿Quién podrá conocer tu Misterio?
¿Quién adorarlo dignamente?

Señor, nosotros somos pecadores,
nuestros pensamientos, palabras y obras
nunca pueden estar a tu altura;
todo lo que brota de nuestra mente y corazón
palidece ante el resplandor de tu santidad.

Dios de gloria y de bondad,
Santo entre los ángeles del cielo,
humildemente te pedimos
que envíes tu Espíritu sobre nosotros,
para que su unción nos haga semejantes
a tu Hijo, Jesús, corana de los santos.

También te pedimos,
que nos ayudes a dar testimonio de tu santidad
entre aquellos con los que convivimos;
que ellos puedan reconocer,
como nosotros reconocemos,
que solo Tú eres Santo en la gloria del cielo.
Amén.