COLABORACIÓN DE JUAN CARLOS CARVAJAL PARA ESTE DOMINGO

25 Domingo Tiempo Ordinario (Ciclo C)

MONICIÓN DE ENTRADA

Buenos días, sed bienvenidos a la celebración del Día del Señor.

Hermanos, como todos los domingos, nos hemos reunimos entorno al Altar de Cristo para constituir la Asamblea Santa, el Pueblo de Dios.

Sí, pues por pocos o muchos que seamos en la celebración dominical, los que participamos del Cuerpo y la Sangre de Cristo constituimos la Iglesia. Por lazos invisibles de comunión estamos unidos a todos los que participan de esta Eucaristía en cualquier parte del mundo. Este es un Misterio que hemos de pedir a Dios que nos lo revele. 

Dispongámonos a celebrar con fe esta Celebración.


MONICIÓN A LAS LECTURAS

Nadie dudamos, como decía uno de nuestros poetas, que “poderoso caballero es don dinero”. Si en cualquier tiempo, la acumulación de bienes ha sido la gran tentación de los hombres, ahora el dinero se ha convertido en un idolo que domina voluntades, somete a la pobreza a muchos pueblos y esclaviza a multitudes. Su poder parece no tener límites y los desastres que produce escapan a nuestra conocimiento.

Los lecturas que hoy vamos a escuchar nos advierten de este poder maligno del dinero y nos indican los criterios de su verdadera administración. Las palabras de Jesús son muy claras, no podemos hacer oidos sordos.

Escuchemos atentamente y con fe la Palabra que hoy se nos proclama.


ORACIÓN DE LOS FIELES

A cada suplica respondemos: ¡Escuchanos, Señor!

- Por la Iglesia, para que en el servicio a los pobres avance por la senda de la pobreza y la solidaridad. OREMOS.

- Por las grande fortunas de nuestro mundo, para reconozcan que sus grandes ganancias tienen una hipoteca social. OREMOS.

- Por los países pobres, por las multitudes que sufren la miseria, para que sus condiciones injustas sean atendidas en una política económica de distribución global. OREMOS.

- Por los ricos, por los que se aferran a los bienes, por aquellos que piensan que en la riqueza está la felicidad, para que se encuentren con Cristo y reconozcan en la atención a los pobres el camino de la verdadera realización. OREMOS

- Por todos nosotros, para que relativizando los pocos o muchos bienes que tenemos, pongamos nuestro corazón en Dios y sirvamos solidariamente a los pobres. OREMOS.


ORACIÓN FINAL

Gracias, Padre de bondad,
porque conocer tu amor y cuidado hacia nosotros
es la fuente de nuestra riqueza.

Sí, Padre, nosotros sabemos
que a pesar de ser unas pobres criaturas,
es tu atención providente
la que nos sontiene y da seguridad
en los avatares de la vida;
es ella la que en cualquier circunstancia
nos sirve de refugio y nos da la esperanza
de que tu salvación tendrá la palabra definitiva.

Padre, manten tu misericordia con nosotros,
pues a la primera de cambio,
olvidamos lo que constituye nuestra fe
y lejos de confiar en Ti,
buscamos el auxilio y seguridad en los bienes,
y hacemos del dinero un verdadero ídolo.

Jesús, Tú que eres el primogénito del Padre,
danos la gracia del Espíritu,
para ser capaces de hacer de nuestros recursos
instrumentos de fraternidad con los pobres.

Amén.