Llama
al torno
Hola,
buenos días, hoy Joane nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Si
hay algo que caracteriza a esta diócesis es la cantidad de monasterios de vida
contemplativa que hay. Ayer tuvimos que salir para ir al médico a Burgos, y me
fijaba al pasar con el coche en aquellos con los que nos íbamos encontrando.
Cuántas
veces habré pasado por los muros de un convento antes de entrar, de descubrir
mi vocación, y no me habré planteado qué hay más allá de los muros. Desde
fuera, da la sensación de que es un mundo independiente e inaccesible, un poco
oscuro, o como me lo habían mostrado las películas.
Pero
ayer lo veía diferente: miraba desde mi circunstancia, a la vez que agarraba
con cariño el hábito que llevo puesto y atravesaba con el corazón cada muro por
el que pasábamos; me preguntaba cuántas hermanas habría, si serían muy mayores,
cómo fue la vocación de cada una... saber de qué manera el Señor se ha
manifestado en cada una...
Los
monasterios suelen ser frecuentados en verano por las pastas, cerámica o la
artesanía a la que se dediquen... pero, por encima de eso, señalan al Cielo; te
dicen que Cristo está vivo. Que, o Dios existe... o, como dicen los jóvenes: “estáis
como cabras”. Nuestra vocación te habla de Él, pues no hay otra cosa o
actividad que justifique que vivamos entre estos muros.
Gracias
al Reto, nosotras tenemos el regalo de tenerte cerca cada día, de sentir con tu
corazón, porque, en las visitas, con vuestras cartas o llamadas, sabemos qué
hiere, qué hace sufrir o qué necesita el mundo de hoy, a la vez que nos
sentimos muy queridas y cuidadas.
Y
tú, por el Reto, puedes descubrir que mi corazón y el tuyo son iguales, que
meto la pata, que me alegro, me preocupo... que solo nos cambian las
circunstancias. Detrás de los muros de ese monasterio que tienes cerca ocurre
lo mismo: hay corazones como el tuyo pero que viven orando por ti, dando
testimonio con su vida de que Cristo está vivo.
Hoy
el reto del amor es que vayas más allá de los muros del convento que tienes
cerca y llames al torno. En ese lugar de vacaciones, en el lugar donde estás o
por dónde pasas seguro que conoces los muros de un monasterio. Hoy ve más allá
y descubre algo de los corazones que en él habitan. Acércate solo o con tu
familia a ese lugar en el que estás pensando y llama al torno. ¿No sabes qué
decir? Dales las gracias, pídeles que recen por algo, pregúntales cómo están
las hermanas... Acércate y lleva el cariño de la Iglesia a las hermanas que lo
habiten.
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma