Focos
de vida
Hola,
buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Es
impresionante pasear ahora por la huerta. Con el calor que ha hecho estos días,
la hierba se ha vuelto de color amarillo. Al cruzar por los caminos, todo tiene
aspecto seco... ¿todo? ¡No!
Por
muy amarilla que esté la huerta, hay pequeños círculos en que lucen
deslumbrantes matojos de hierba verde y fresca. ¿Sabes en dónde? ¡¡Alrededor de
los troncos de los árboles!!
No
podemos regar toda la huerta, pero cuidamos mucho de que nuestros nogales,
almendros y demás árboles estén sanos y fuertes. A ellos no les falta el agua,
y, a todas las hierbas que crecen junto al tronco, ¡tampoco!
He
orado mucho viendo esos “círculos verdes” que hay en la base de cada árbol. Al
fin y al cabo, el árbol no da vida, él no es la fuente, pero reparte el agua
que recibe, creando a su alrededor un círculo de vida. ¡Qué cierto me parece el
refrán castellano! “Quien a buen árbol se arrima...”
Las
hierbas que quieren ir en solitario... acaban secándose por el sol. En efecto,
todos necesitamos “arrimarnos” a un árbol, a una persona más grande que
nosotros, alguien que vive del Señor y, al mismo tiempo, lo trasmite.
Son
esos “ángeles” que el Señor nos regala encontrar, personas que van dando vida a
su alrededor. Así, por muy desértico que veas todo a tu alrededor, ¡a su lado
encuentras el Agua Viva!
¡Qué
bueno es el Señor, que ha querido que podamos descubrirle, escucharle... en
personas que caminan a nuestro lado!
Hoy
el reto del amor es orar por tu árbol. Te invito a que hoy des gracias al Señor
por la persona que te ayuda, que te lleva a Cristo... la persona que reparte su
agua contigo. Háblale a Jesús de él o ella y, si tú también repartes el agua
que te da el Señor con alguien, ¡no te olvides de orar por tus hierbitas, para
que un día lleguen a ser árboles que repartan vida! ¡Feliz día!
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma
