Zapatos
únicos
Hola,
buenos días, hoy Lety nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Al
empezar el verano me regalaron unos zapatos. La verdad es que son un tesoro,
ideales, no pesan nada, son muy cómodos, flexibles, bonitos... pero tienen una
peculiaridad que yo no conocía: son de ante.
En
principio no le di más importancia. Pensé: “Cuando se manchen, les paso el
betún, como a los de cuero, y arreglado”.
El
otro día, una hermana vio que se me había manchado el zapato. Otra hermana me
había dado un pisotón sin querer; lo peor es que su suela estaba sucia de
tierra de la huerta. Te puedes imaginar cómo quedó mi zapatito de princesa...
Cuando
la hermana me dijo que lo tenía sucio, comenté: “Ahora le pasaré el betún”.
Ella se echó a reír y me respondió: “Es ante, y es muy delicado de limpiar”.
Me
quedé sorprendida y fui a buscar en internet cómo limpiar el ante. Realmente es
todo un arte: que si un trapo seco, que si repillando... en fin, toda una
historia.
Y
limpiándoles, caí en la cuenta de cómo al principio pensé que el zapato se
adaptaría a mí, pero ha sido al revés: si quería conservar los zapatos, tenía
que adaptarme a ellos.
Esto
es lo que nos pasa con las personas. Muchas veces nos acercamos con nuestra
idea en la cabeza, pensando que esto es lo mejor, o que esto es lo que
necesita, pero no vemos su necesidad real.
Jesús
siempre nos trata a cada uno de manera única, y nos da lo que necesitamos. El
Señor te ama tal y como eres, tal y como estás. Cristo ha dado su vida por ti,
no para dejarte abandonado aquí en la tierra, no... Jesús entrega su vida hasta
la muerte para resucitar y permanecer contigo todos los días hasta el fin del
mundo. La soledad que puedas sentir ya está vencida en la cruz de Cristo.
Si
te dejas cuidar y amar por Jesús, Él no te va a tratar como “algo más”. Si tú
quieres, Él entra en tu vida y la transforma desde el Amor, porque lo que
quiere para ti es que seas feliz. Cristo te irá dando todo aquello que
necesites para limpiar tus zapatos. Si le dejas entrar en tu vida, te sentirás
amado hasta lo más profundo de tu ser, porque Él es Dios y Hombre. Jesús está a
la puerta de tu vida, llamando; ahora te toca a ti abrirle la puerta.
Hoy
el reto del amor es abrir una puerta. Sí, abre la puerta de una iglesia y entra
a conversar un rato con Jesús, que está dentro, esperándote. Compártele lo que
tienes en el corazón y déjale que te pueda amar.
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma