La grandeza mística y artística del dibujo de san Juan de la Cruz cautivó a Salvador Dalí, quien en 1951 pintó el mundialmente conocido cuadro “Cristo de San Juan de la Cruz”
Miles
de personas han encontrado en los escritos de uno de los más grandes místicos
de la historia, san Juan de la Cruz, un camino de encuentro con Dios. Pocos
conocen sin embargo la imagen del Cristo crucificado, que él mismo pintó tras
recibir una revelación mística.
Se
trata de un pequeño dibujo (su tamaño original es de 57×47 milímetros), que
fray Juan de la Cruz pintó durante su estancia en Ávila, donde fue nombrado, a petición
de santa Teresa de Jesús, confesor de las religiosas carmelitas del monasterio
de la Encarnación, entre los años 1572 y 1577.
Las
crónicas de la época cuentan que fray Juan tuvo una visión de Cristo
crucificado y que después la plasmó en un pequeño papel. El santo la entregó
más tarde a una de las religiosas de la comunidad.
El dibujo, que se conserva
en ese mismo convento, en un sencillo relicario de madera dorada, puede ser
admirado por los visitantes que lo deseen.
Se
trata de una obra genial que representa la imagen de Cristo muerto
en la cruz, en el momento mismo de entregar su espíritu. A pesar de sus
pequeñas dimensiones, es posible sentirse sobrecogido por sus miembros
descoyuntados, con las manos rasgadas en la abertura de los clavos por el peso
del cuerpo inerte que cae hacia adelante.
Impresiona
la cabeza de Jesús abatida sobre el pecho, lo que hace que el rostro apenas sea
visible. Las piernas parecen encogidas por el peso del cuerpo que ya no pueden
sostener.
La
estremecedora imagen se ve desde el ángulo superior derecho, perspectiva que
nos invita a ver a Jesús en la Cruz desde los ojos de Dios Padre, conmovido por
el acto supremo de entrega del Hijo por los pecados de los hombres y mujeres.
Esta
obra de arte permite comprender el gran libro del santo, la Subida del
Monte Carmelo, en el que pone en boca de Dios palabras
dirigidas a quienes siempre están buscando revelaciones particulares.
El
Padre explica que “tengo ya habladas todas las cosas en mi Palabra”, Jesús.
“¿Qué te puedo yo ahora responder o revelar que sea más que eso?”.
“Pon
los ojos sólo en él, porque en él te lo tengo dicho todo y revelado, y hallarás
en él aún más de lo que pides y deseas… Si quisieres que te respondiese yo
alguna palabra de consuelo, mira a mi Hijo, sujeto a mí y sujetado por mi amor
y afligido, y verás cuántas te responde” (Subida II, 22, 5-6).
La
grandeza mística y artística del dibujo de san Juan de la Cruz cautivó
a Salvador Dalí, quien en 1951 pintó el mundialmente conocido cuadro
“Cristo de San Juan de la Cruz”.
Jesús Colina
Fuente:
Aleteia