El Papa Francisco rezó la oración mariana del Ángelus acompañado de miles de fieles y peregrinos reunidos en la plaza de San Pedro bajo el caluroso sol del verano romano
El
Santo Padre reflexionó sobre el momento en el que Jesús llama a sus discípulos
a la continua vigilancia para captar el paso de Dios en su propia vida,
indicándoles las modalidades para vivir bien esta vigilancia: "Estén
preparados, con los vestidos apretados a los costados y las lámparas
encendidas" (v. 35). Francisco exhortó a prepararnos para el encuentro
final y definitivo con el Señor, recordando que la vida es un camino hacia la
eternidad, por ello "hay que vivir y actuar en esta tierra teniendo en el
corazón la nostalgia del cielo".
El
11 de agosto, XIX domingo del tiempo ordinario y memoria litúrgica de
Santa Clara de Asís, virgen y fundadora de las Clarisas; el Papa Francisco rezó
la oración mariana del Ángelus acompañado de miles de fieles y peregrinos
reunidos en la plaza de San Pedro bajo el caluroso sol del verano romano.
Captar el paso de Dios en
sus vidas
En
su habitual comentario al Evangelio dominical, (cfr. Lc 12, 32-48),
el Santo Padre reflexionó sobre el momento en el que Jesús llama a sus
discípulos a la continua vigilancia para captar el paso de Dios en su propia
vida, indicándoles las modalidades para vivir bien esta vigilancia: "Estén
preparados, con los vestidos apretados a los costados y las lámparas encendidas"
(v. 35).
No echar raíces en moradas
confortables
En
primer lugar, la expresión de llevar "ceñida la cintura” (la ropa
cerca de las caderas), "es una imagen que recuerda la actitud del
peregrino, listo para emprender el camino", dijo Francisco, explicando que
se trata de "no echar raíces en moradas confortables y tranquilizadoras,
sino de abandonarse con sencillez y confianza a la voluntad de Dios, que nos
guía hacia la meta siguiente".
Mantener encendida la
lámpara de la fe
En
segundo lugar, se nos pide que "mantengamos las lámparas encendidas para
poder iluminar la oscuridad de la noche", añadió el Obispo de Roma,
haciendo hincapié en que estamos invitados a vivir una fe auténtica y madura,
capaz de iluminar las muchas "noches" de la vida: "la lámpara de
la fe necesita ser alimentada continuamente, con el encuentro de corazón a
corazón con Jesús en la oración y en la escucha de su Palabra".
En
este sentido, el Papa subrayó que se nos confía esta lámpara para el bien de
todos: por lo tanto, nadie puede retirarse íntimamente en la certeza de su
propia salvación, desinteresándose de los demás. La fe verdadera abre el
corazón al prójimo e impulsa hacia la comunión concreta con los hermanos, sobre
todo con los más necesitados.
Estar preparados para el
encuentro final con Dios
Asimismo,
profundizando sobre la parábola que relata Jesús sobre los siervos que esperan
el regreso del señor cuando vuelve de la boda (vv. 36-40) el Pontífice destacó
otro aspecto de la vigilancia: estar preparados para el encuentro final y
definitivo con el Señor: "Bienaventurados aquellos siervos a quienes el
amo encontrará a su regreso aún despiertos... Y si llegando en medio de la
noche o antes del amanecer, los encontrará así, ¡dichosos ellos! (vv. 37-38).
Con
estas palabras- aseveró el Papa- el Maestro nos recuerda que la vida es un
camino hacia la eternidad; por lo tanto, estamos llamados a hacer fructificar
todos nuestros talentos, sin olvidar jamás que "no tenemos aquí la ciudad
estable, sino que vamos en busca de la ciudad futura" (Heb 13,14). En esta
perspectiva, cada instante se vuelve precioso, por lo que es necesario vivir y
actuar en esta tierra teniendo en el corazón la nostalgia del cielo.
Él nos hará partícipes de
su felicidad eterna
"Si
habremos vivido en sintonía con el Evangelio y los mandamientos de Dios, Él nos
hará partícipes de su felicidad eterna en la patria celestia", indicó
Francisco asegurando que el pensamiento del encuentro final con el Padre, rico
en misericordia, nos llena de esperanza y nos estimula a comprometernos
constantemente en nuestra santificación y en la construcción de un mundo más
justo y fraterno: "Que la Virgen María, con su intercesión maternal,
sostenga este compromiso nuestro", concluyó.
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