En
la oración del Ángelus, el Papa Francisco retoma el texto de Lucas 11,1-13 y
muestra la fascinación de los discípulos porque Jesús no oraba como los otros
maestros de la época, sino que su oración era un vínculo íntimo con el Padre
El
Papa Francisco nos recuerda las circunstancias en las que Jesús enseña el Padre
Nuestro a sus discípulos. Ellos conocen y recitan las fórmulas de la
tradición judía, sin embargo, observan que en Jesús la oración adquiere una
dimensión y calidad nuevas.
La oración. Importancia en
la vida del Maestro
“La
oración es esencial en la vida del maestro”, afirma el Papa, e insiste:
“estaban fascinados porque veían que no rezaba como los otros maestros de la
época, sino que su oración era un vínculo íntimo con el Padre, hasta el punto
de que deseaban participar en estos momentos de unión con Dios, para saborear
plenamente su mansedumbre”.
“Señor, enséñanos a orar”
Ante
la solicitud de los discípulos, el Papa Francisco afirma que: “Jesús no da una
definición abstracta de la oración, ni enseña una técnica eficaz para orar y
"obtener" algo. En cambio, invita a sus seguidores a experimentar la
oración, poniéndolos directamente en comunicación con el Padre, despertando en
ellos la nostalgia de una relación personal con él”.
El
Papa insiste: “¡He aquí la novedad de la oración cristiana! Es un diálogo entre
personas que se aman, un diálogo basado en la confianza, apoyado por la escucha
y abierto al compromiso solidario” … “Por eso les entrega el Padre Nuestro”.
El Padre Nuestro: diálogo
entre hijos y padre
En
el Padre Nuestro, Jesús nos revela su misterio de Hijo y de hermano. En esta
oración, recuerda el Papa, “Jesús nos hace penetrar en la paternidad de Dios y
nos muestra el camino para entrar en un diálogo orante y directo con él, por el
camino de la confianza filial”.
En
el Padre Nuestro, insiste el Papa, “Lo que pedimos ... ya se ha cumplido
y nos ha sido dado en el Hijo Unigénito: la santificación del Nombre, la venida
del Reino, el don del pan, el perdón y la liberación del mal. Cuando pedimos,
abrimos nuestras manos para recibir. La oración que el Señor nos ha enseñado es
la síntesis de cada oración, y la dirigimos al Padre siempre en comunión con
nuestros hermanos y hermanas”.
Sentir la paternidad de
Dios
El
Papa subraya la actitud de perseverar de manera insistente en la oración: Dice:
"Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá" (v.
9). En particular, debemos recordar estas palabras de Jesús cuando perdemos la
confianza o el deseo de orar. Estamos llamados a orar incesantemente, sin
cansarnos”.
Manuel
Cubías – Ciudad del Vaticano
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