Incansable
Hola,
buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
-¿Qué
has estado haciendo esta tarde? -le pregunté hace unos días a sor Puri,
mientras poníamos la mesa.
-¡Uy,
si tú supieras...! -me contestó nuestra mayor entre risas.
Por
supuesto, a mí me picó la curiosidad, y no paré hasta que me lo contó.
-He
estado arreglando un camisón -me confesó al fin- ¡Le traje cuando entré, hace
más de 50 años! Se habían estropeado los puños, así que le he cortado las
mangas, le he cambiado el bajo y, para que quedase elegante, le he hecho unos
plisados... ¡y ahora tengo una camiseta!
Ella
me lo contaba como si fuese “coser y cantar”, pero yo tenía los ojos como
platos del asombro.
-¡¡Menuda
obra de arte!! -respondí.
-Obra
de arte, dice... Solo es ropa vieja.
-Ah,
sí, pero aún es capaz de cambiar, ¡y hacerse nueva!
No
pude evitar irme sonriendo. Por muy estropeada que esté una prenda, ¡sor Puri
nunca la dará por perdida!
¿Acaso
no hace lo mismo Cristo con nosotros?
En
una de las charlas, el sacerdote que nos está dando los Ejercicios habló de la
Creación, de cómo Dios nos modeló del barro. Y dijo algo que me impresionó un
montón:
La
obra que Cristo está realizando en ti y en mí no está terminada, ¡el Alfarero
sigue trabajando en nosotros!
Por
eso, lo importante no es cuántas vueltas haya dado nuestro montoncito de barro,
¡lo fundamental es permanecer blandos, moldeables! ¿Quién le iba a decir al
camisón de sor Puri que, después de 50 años, acabaría siendo camiseta? Él,
simplemente, se dejó hacer, ¡y empieza ahora una vida nueva!
El
amor del Señor por ti se renueva cada mañana, ¡en cada amanecer Él se ilusiona
con todo lo que puede hacer contigo! ¿Te dejas moldear?
Hoy
el reto del amor es ser barro suave y húmedo. Para ello, ¡nada mejor que
empaparse del amor del Señor antes de empezar la jornada! Te invito a que Le
dediques unos minutos y pongas en Sus manos el día que empiezas. Y hoy, ante un
imprevisto, ¡no te endurezcas! Confía en que Cristo lleva todo para tu bien, ¡y
recibe el cambio con una sonrisa! ¡Deja que Cristo te renueve a Su manera!
¡Feliz día!
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma