En
honor a nuestra patrona
Hola,
buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Hoy
es un día muy especial para nosotras: ¡es la fiesta de nuestra patrona! ¡¡María
Magdalena!!
La
primera vez que me lo dijeron, recuerdo que me resultó muy extraño. ¿Qué tiene
que ver esta santa con las dominicas o con la Orden de Predicadores?
Aparentemente, nada... ¡pero, en realidad, mucho!
María
Magdalena fue la primera predicadora, ¡la predicadora de los predicadores!
Ella
fue la persona escogida por Cristo para ir a anunciar a los apóstoles lo mismo
que seguimos anunciando hasta el día de hoy: “¡Está vivo!”.
Jesús
la escogió precisamente a ella, ¡una mujer!, en un tiempo en que el testimonio
de la mujer no contaba, ni era válido en un juicio.
Estoy
segura de que la Magdalena no se detuvo a pensar en todo esto. Sencillamente
iría a toda prisa a buscar a los discípulos, entraría gritando de alegría... y
todo, sencillamente, porque le ardía el corazón.
¡Y
lo mismo ocurre con nosotros! Cristo no ve impedimentos para contar contigo. Él
renueva tu pasado, ve más allá de tu situación actual, de las circunstancias
sociales... Él quiere hacer contigo grandes obras. Lo único que se necesita
para saltar todas las barreras es... ¡tener fuego en el corazón!
Un
corazón enamorado no ve dificultades, sino desafíos; no ve problemas, sino
oportunidades. Un corazón así no calcula, ¡ama! Y, quien encuentra a Cristo
vivo, no se sienta a pensar cómo evangelizar... ¡simplemente su vida contagia!
Hoy
el reto del amor es que arda tu corazón. Para ello, te invito a que, como María
Magdalena, busques al Señor en tu jornada. Pídele que te regale unos ojos
nuevos para verle actuar en tu día, aunque solo sea una vez. Cristo está vivo y
actúa, ¡déjate sorprender! ¡Feliz día!
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma