Con fotos y mensajes descontextualizados, y escuchas
telefónicas pinchadas, el papa Francisco es involucrado en la campaña
presidencial argentina
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Captura eltrecetv |
Pese a que el Papa no se ha mostrado prácticamente
con ningún político argentino en los últimos tiempos, que no han trascendido
reuniones personales de él con ellos, tanto desde el arco político como del
mediático la figura del papa Francisco termina siendo instrumento de
politización que confunde a algunos y escandaliza a otros.
El primero de
los episodios confusos de estos meses tuvo que ver con un encuentro organizado
por la Academia
de Ciencias Sociales en el Vaticano, la Cumbre de Jueces
Panamericanos sobre Derechos Sociales y Doctrina Franciscana. Participaron de
ella jueces y miembros de distintas instancias del mundo del derecho de toda
América. Incluso miembros de la Corte Interamericana de Derechos Humanas, y entre
ellos, uno de sus jueces, el ex juez de la Corte Suprema de la Argentina Eugenio
Zaffaroni.
Para contextualizar la presencia de
Zaffaroni para aquel que no conozca su figura, más allá de su opinable doctrina
sobre las penas, se trata de una figura que desde el mundo del Derecho propuso
varios cambios en general asociados a la ideología de género que confrontan con
la opinión de los católicos. Es, desde hace varios meses, además,
uno de los principales promotores del regreso de la expresidenta Cristina Fernández
de Kirchner al poder.
Durante el
encuentro, participaron además de Zaffaroni otros juristas como la presidente
del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de Buenos Aires, Inés Weinberg
de Roca, persona tan allegada al presidente Mauricio Macri como Zaffaroni a la
expresidenta Fernández de Kirchner.
No obstante, la
presencia de Zaffaroni fue tapa de diario y motivo de comentario político en
distintos medios. Además, durante esos días, el propio Zaffaroni alimentó el
alto perfil con propuestas de acción de eventual victoria de su candidata.
Pocos días
después, la propia Cristina Fernández de Kirchner en su cuenta
de Twitter eligió un extracto de un discurso del Papa dirigido a todos los
jueces, en el que se refirió casi exclusivamente a los llamados Derechos
Sociales, y comentó: “Imperdibles 59 segundos de Francisco hablando de
la manipulación del Poder Judicial con fines de persecución política a
opositores”. En implícita referencia a su propio caso, ya que enfrenta 13
procesamientos que ella juzga son por persecución política, la ex mandataria y
hoy senadora, compartió un párrafo, el único, que el Papa dedica a la
instrumentalización de la justicia con fines políticos.
Por último, este fin de semana un programa de televisión
emitió una conversación telefónica entre el ex secretario de Transporte del
gobierno anterior Juan Pablo Schiavi, preso condenado por delito de
defraudación contra la administración pública y descarrilamiento culposo en la
Tragedia Ferroviaria de Once, y el ex embajador ante la Santa Sede entre 2014 y
2015 Eduardo Valdés, los dos identificados con el ex gobierno. En ella, Schiavi
le dice a Valdés: “Un mensaje para nuestro amigo de Roma, reflexión mía, por
ahí es una pelo… lo que te digo, yo creo que es el único que puede decir algunas
cosas que ordenen el gran frente opositor que necesitamos, es el único con
poder”. A lo que Valdés le responde: “Y de hecho lo está haciendo”.
Más allá de
otra mención en una conversación sobre posibles candidaturas, el diálogo sobre
la persona que sería el papa Francisco es recogido por el periodista Jorge
Lanata quien mencionó además que el Papa estuvo en más ocasiones con la
exmandataria Cristina Kircher que con el actual Mauricio Macri.
¿El papa
Francisco tuvo interés en relanzar el posicionamiento público de Eugenio
Zaffaroni? ¿Le envió un mensaje de apoyo a Cristina
Kirchner en el medio de un discurso a jueces? ¿Sigue las indicaciones
de un exfuncionario condenado por la Tragedia de Once, la misma que él invitó a
llorar estando en Buenos Aires? A aquel que esté convencido de ello,
probablemente nada lo convenza de lo contrario. Pero ninguna revisión
documental seria da cuenta de una vinculación entre el kirchnerismo y el papa
Francisco. Si hubo reuniones compartidas, fue mientras esa corriente ocupaba el
poder del Estado en el que el Papa nació y vivió toda su vida.
Desde hace
varios años ya, lo que hay son eventos organizados por distintos organismos de
la Santa Sede o vinculados a ella, como la Academia Pontificia de Ciencias
Sociales, de los que participan en general personajes públicos a un lado y al
otro de la denominada grieta. Y ocasionalmente alguno aprovecha su
participación en ellos para reposicionarse.
Como hemos
escrito ya varias veces, el Papa no es ni macrista ni peronista ni kirchnerista. Uno podría asegurar que el Papa no visitó la Argentina porque
Mauricio Macri está en el poder. Otro que el Papa no visitó la Argentina porque
estaba Cristina en el poder. Que habla de la persecución judicial a la política
por las causas por las que se le acusa a Macri, y el otro por las que se le
acusa a Kirchner. Que cuando denuncia a la desinformación, la calumnia, la
difamación y la coprofilia de los medios lo dice por unos medios afines a una
idea, o por otros afines a otra. Y todos estarían equivocados buscando entender
a la Iglesia con una lógica de naturaleza política, primera advertencia del
Papa a los periodistas cuando asumió el Pontificado.
En ese
encuentro ante seis mil periodistas, aclaró que para abordar informativamente a
la Iglesia se precisa una hermenéutica distinta a la de la política o la
economía. Políticos, periodistas, y también consumidores de información,
particularmente en redes sociales, parecen olvidar esta necesidad. Y cuando
ocurre, se manipula al Papa Francisco.
No. El Papa
Francisco no apoya a ningún partido político en la Argentina.
Esteban
Pittaro
Fuente:
Aleteia Argentina