Con
ocasión de la XXI Asamblea General de Caritas Internationalis el Papa
Francisco celebró una Misa en la Basílica de San Pedro
El
Santo Padre celebró una Misa con motivo de la XXI Asamblea General de Caritas
Internationalis, en la que profundizó sobre el dilema al que se enfrentaban los
discípulos de Jesús cuando los gentiles comenzaron a convertirse a la fe
cristiana: ¿tienen éstos que adaptarse, como los demás, a todas las normas de
la ley antigua? Una cuestión compleja, una decisión difícil de tomar, puesto
que el Señor ya no estaba presente.
El
23 de mayo, con ocasión de la XXI Asamblea General de Caritas Internationalis en
la que participan representantes de la confederación Caritas formada por 165
organizaciones en el mundo; el Papa Francisco celebró una Misa en la Basílica
de San Pedro a las 5 de la tarde, hora local, concelebrada por el presidente de
Caritas y Arzobispo de Manila (Filipinas), cardenal Luis Antonio Tagle, y por
numerosos obispos de varios países.
En
su homilía, inspirada en la lectura de los Hechos de los Apóstoles (15:7)
en la que se narra cómo fue la “primera gran reunión de la historia de la
Iglesia”; el Santo Padre profundizó sobre el dilema al que se enfrentaban los
discípulos de Jesús cuando los gentiles comenzaron a convertirse a la fe
cristiana: ¿tienen éstos que adaptarse, como los demás, a todas las normas de
la ley antigua? Una cuestión compleja, una decisión difícil de tomar puesto que
el Señor ya no estaba presente.
Uno
podría preguntarse: ¿por qué Jesús no dejó una sugerencia para resolver al
menos este primer "gran debate" (Hechos 15: 7)? Una pequeña
indicación hubiera sido suficiente para los apóstoles, que durante años habían
estado con él todos los días. ¿Por qué Jesús no siempre dio reglas claras y
rápidas de resolución?
Jesús no quiere que la
Iglesia sea un modelo perfecto
El
Papa señala aquí la tentación de la eficiencia, “de pensar que la Iglesia está
bien si tiene todo bajo control, si vive sin conmociones, con la agenda siempre
en orden”.
Pero
el Señor no procede así- añadió Francisco- subrayando que de hecho Él no envía
una respuesta a sus seguidores, sino que les envía al Espíritu Santo.
“Y
el Espíritu no viene con una agenda, viene como fuego- explicó el Pontífice-
Jesús no quiere que la Iglesia sea un modelo perfecto, que da la bienvenida a
su propia organización y es capaz de defender su buen nombre. Jesús no vivió así,
sino en el camino, sin temer las conmociones de la vida. El evangelio es
nuestro programa de vida".
Humildad, comunión y
renuncia
Por
otra parte, el Obispo de Roma, destacó tres elementos esenciales para la
Iglesia en su camino, que aprendemos en la lectura de este relato evangélico:
la humildad de escuchar, el carisma de estar juntos y el valor de la renuncia.
Empezando
por el final, es decir por el coraje de la renuncia, Francisco afirmó que el
resultado de esa gran discusión entre los discípulos no era la imposición de
algo nuevo, sino tener que dejar algo viejo, en definitiva, renunciar. "La
identidad religiosa de los primeros cristianos estaba en juego. Sin embargo,
ellos eligieron que el anuncio del Señor es lo primero y vale más que todo. Por
el bien de la misión, decidieron anunciar a Dios a todos".
El
segundo elemento que destacó el Sucesor de Pedro en su homilía fue la humildad
de escuchar: “La humildad nace cuando, en lugar de hablar, escuchamos; cuando
dejas de estar en el centro, dijo Francisco- como hicieron los primeros
cristianos en aquel entonces, dejando que hablaran unos y otros, estando
dispuestos a escuchar a todos con el corazón abierto, sin imponer y con
tolerancia a los cambios".
Dios es amor: permanecer
cerca del Buen Pastor
Asimismo,
el último elemento sobre el que profundizó el Papa fue el carisma del estar
juntos, el carisma del conjunto.
“Para
cada uno estos primeros cristianos, en primer lugar, no había preferencias y
estrategias propias, sino ser y sentirse Iglesia de Jesús, reunidos alrededor
de Pedro, en la caridad que no crea uniformidad, sino comunión”, aseveró el
Pontífice, haciendo hincapié en que “nadie lo sabía todo, nadie tenía el
conjunto de carismas, pero cada uno tenía el carisma del conjunto”.
Finalmente,
el Santo Padre recordó que la clave está en las palabras de Jesús, quien nos
dice “permaneced en mi amor”, pero... ¿cómo podemos hacer ésto posible?
"Permaneciendo cerca de Él... ya que mientras que las voces del diablo y
el mundo conducen a la división, la voz del Buen Pastor forma un rebaño. Y así,
la comunidad se basa en la Palabra de Dios y permanece en su amor".
"Por
ello - concluyó diciendo el Papa- pidamos la gracia de aceptar el camino
indicado por la Palabra de Dios: humildad, comunión, renuncia".
Ciudad
del Vaticano
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