Hola,
buenos días, hoy Joane nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Si
miras nuestro calendario, desde finales de abril, todos los fines de semana...
¡saltan alarmas! En todos ellos tenemos acontecimientos importantes. Y es que
todos los años rezamos por los niños que se confirman o hacen la Primera
Comunión, pero este año hay niños concretos, fechas...
Es
misión nuestra orar por cada uno de vosotros; lo que no llegábamos a imaginar
es que el concurso de dibujo de Comunión y Confirmación nos iba a ayudar de
esta manera a llevar a cabo nuestra misión, ayudándonos a poner nombres,
fechas... a tantos niños y niñas, a implicarnos y vivir con vosotros este día
tan importante.
Sí,
se acabó el concurso hace unos meses y, a parte de poner alarmas cada vez que
un niño o joven recibe un sacramento, os hemos sentido parte de nosotras.
Estuvimos
elaborando los primeros premios, y a algunos tuvimos la suerte de poder
conoceros. Después pusimos una mesa en un pasillo con recordatorios y todos los
dibujos que llegaron. Os habíamos dicho que oraríamos por cada uno, y teníamos
que cumplir nuestra palabra. Cada monja, ¡también las más mayores!, cogía un
sobre, se lo llevaban a la capilla o a su celda y, con calma, leían (si las
había) las cartas que escribíais pidiendo oración, oraban por cada uno y
escribían en el recordatorio el nombre y la fecha.
Los
recreos en estos últimos meses tampoco han sido iguales, pues todas nos hemos
dedicado a elaborar cruces para hacer llegar a cada niño con su recordatorio.
Toda la Comunidad implicada, y cada niño cuidado con la oración de alguna monja.
Ayer
dedicamos el día a meter en sobres las cruces, poner direcciones... para
intentar conseguir llegar a cada uno, aunque les llegue fuera de día, de forma
que, al mirarla, recuerden que en Jesús está su Felicidad.
Queremos
dar las gracias a cada niño y joven por habernos dejado vivir este día a su
lado. Incluimos por supuesto a todos los chicos y chicas que no participasteis
y que recibís a Jesús por primera vez o recibís el Espíritu Santo.
“Dejad
que los niños se acerquen a mí”, eso dijo Jesús, y hemos palpado el gozo que
supone teneros cerca. Vuestra capacidad de asombro, vuestro deseo de vivir de
Jesús... Él os quiere como a sus amigos más íntimos.
Que
estos días te inviten a volver tu mirada a ese momento en que Jesús dejó esa
huella tan profunda en ti. Que tu corazón y mirada siga siendo como la de los
más pequeños.
Hoy
el reto del amor es que ores por los chicos y chicas que hacen la Primera
Comunión o la Confirmación en estos días. Si tienes oportunidad, vive cerca de
algún niño estos momentos, habla con alguno de lo que está viviendo, y revive
en ti la huella que un día dejó Jesús.
VIVE
DE CRISTO