Vive
de Cristo Pentecostés
Todos
los años, el día de Pentecostés, la Priora pone en el altar varias estampas
bocabajo. En cada una hay un don del Espíritu Santo, cada año con dibujos y
textos diferentes. Al entrar a Vísperas, nos acercamos al altar y cogemos una
estampa. Al darle la vuelta, descubres un don del Espíritu Santo: es el que te
ha tocado para todo el año, para que puedas orar y profundizar en él.
Esta
vez, la Priora nos ha encargado al Noviciado hacer las estampas, y hemos
decidido que, en vez de hacerlas en papel, vamos a diseñarlas en marcapáginas
de metal. Y, ya que nos lo han encargado a nosotras, hemos pensado poner
también en el altar una cruz grabada con cada don, para que nuestras hermanas
puedan colgársela o llevarla en el bolsillo todo el año.
Nos
pusimos manos a la obra con el diseño. A mí me tocaba buscar una frase sobre
cada don del Espíritu Santo para poner en los marcapáginas. Pero, ¿qué podía
decir de los dones?
En
mi etapa de Noviciado, siempre que se acercaba la fiesta de Pentecostés, pedía
a la Madre Maestra que me diese un libro para profundizar más en ello, para
conocer al Espíritu Santo, sus dones, carismas y cómo actúa en nosotros. Ella
me daba un libro súper gordo... del que yo como mucho leía dos páginas. Me
esforzaba en entenderlo, pero era muy complicado...
Sin
embargo, un tiempo después, un hermano nuestro, el dominico Pedro Reyero, dio
unas charlas sobre los dones del Espíritu Santo. Aquellas predicaciones se
pusieron por escrito, y nació un libro. Ese libro me cambió la mirada y pude
entender de forma nueva al Espíritu Santo, descubrir cómo actúa en mi vida y
cuáles son sus dones. Para mí es un libro de referencia.
Recordando
todo esto, me fui a la celda, cogí el libro y me dispuse a buscar varias frases
para poner. Y, ¡qué gozada leer sobre el Espíritu Santo! Porque, como dice
Pedro Reyero, “lo que tenemos de Dios es la fe, la esperanza y la caridad.
Pero, creer con alegría, fiarse con alegría, tener esperanza tensa y constante,
amar, darse con gozo, servir con entusiasmo, eso... ¡esos son los dones del
Espíritu Santo!”
No
podemos caminar en cristiano sin lo que caminó Jesús: la fuerza del Espíritu
Santo. ¡Jesús necesitó los dones para vivir su vida! Y nosotros, también. No
dejes ningún don fuera, ¡cada uno tiene su encanto!
Hoy
el reto del amor es leer algo sobre el Espíritu Santo y pedirle que te conceda
poder vivir de Jesús.
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma