La oración es fácil y difícil a la vez. Es fácil
porque es Dios el que toma la iniciativa y a nosotros solo nos toca responder
La
oración a veces puede un trabajo muy difícil si no se sabe por dónde comenzar;
pero hay algo que te confieso: la oración es muy liberadora.
Encuentro
la oración una tarea difícil, muy difícil, no solo para el que comienza este
reto sino para los que llevamos tiempo y sufrimos de algún tipo de bloqueo
emocional que no nos deja expresarnos como queremos.
A
veces encontrarás cientos de cosas compitiendo por tu tiempo y tu atención en
tu mente, cosas que te impiden siquiera intentar rezar o cosas que intentan
distraerte mientras quieres hacerlo, y la tarea de comunicarte con Dios puede
resultar algo frustrante.
A
menudo creerás que la oración es importante y otras veces no lo sentirás así.
Algunos días sentirás que no tienes nada que decirle a Dios y que no hay nada
que Dios quiera escuchar de ti.
He
querido compartir contigo una pequeña meditación realizada por el Padre
Guillermo Serra, L.C. en la que creo que tiene algo especial para decirte sobre
la oración cuando no sabes rezar:
La
oración es fácil y difícil a la vez. Es fácil porque es Dios el que toma la
iniciativa y a nosotros nos toca responder.
Es
difícil porque nos gustaría "saber" muchas cosas en esta relación con
Dios a través de la oración, pero con humildad tenemos que reconocer que no
sabemos.
Pero
es precisamente en este "no saber" donde encontramos una gran riqueza
si dejamos que Jesús nos hable…
Les
presento una oración sencilla para poder rezar con humildad aprovechando
nuestras debilidades.
Mi alma dice a Jesús: NO
SÉ, y Jesús me contesta
• Mi alma dice: No sé qué decir...
• Jesús: es que no tienes que decir
nada, tan sólo escucha.
-
Mi alma dice: No sé cómo comenzar…
• Jesús: es que no hay que comenzar lo
que inició desde toda la eternidad. Yo te amé con amor eterno.
-
Mi alma dice: No sé cómo entrar en presencia de Dios…
• Jesús: me tienes dentro, busca bien,
eres templo de Dios, haz silencio
-
Mi alma dice: No sé qué hacer en la oración…
• Jesús: no tienes que hacer nada, sino
dejarte mirar por mí, escucharme, lo demás, llega sólo.
-
Mi alma dice: No sé cómo escuchar…
• Jesús: mi Palabra es eterna, inclínate
hacia tu corazón, escúchalo, ahí está grabada delante de ti
La oración del NO SÉ
(Realizada
con algunos personajes del Nuevo Testamento)
• Magdalena: No sé perdonarme…
-
Jesús: no tienes que perdonarte, Yo te perdono y te levanto con dignidad,
porque eres hija de un Rey.
• Tomás: No sé cuál es el camino…
-
Jesús: ¿no ves el camino? Soy Yo, tócame, si te sujetas de mí y caminas a mi
lado ya estás en el Camino y llegarás a la Verdad y la Vida.
• Felipe: No sé quién es el Padre, no lo
veo…
-
Jesús: quien me ha visto a mí, ha visto al Padre. Yo hago lo que es de su
agrado.
• Pedro: No sé caminar sobre el agua…
-
Jesús: fija en mí la mirada y podrás caminar sobre cualquier obstáculo. Si
quitas tu mirada, te hundirás.
• Samaritana: No sé dónde puedo saciar
mi sed…
-
Jesús: ven a saciarte en mi fuente, Y soy el Agua que salta hasta la vida
eterna.
• Lázaro: No sé cómo asumir el dolor y
la muerte…
-
Jesús: ¡no temas!, Yo Soy el Médico y la Medicina; la Resurrección y la Vida.
El que cree en mí no morirá para siempre.
• Zaqueo: No sé cómo llenar el vacío de
mi vida…
-
Jesús: déjame entrar en tu casa y llenarte con mi compañía.
• Juan: No sé permanecer de pie junto a
la cruz sin sentirme desfallecer…
-
Jesús: si te caes, yo te sostendré. La fidelidad pasa por la valentía de
reconocer que sin mí nada puedes, que tu fuerza soy yo.
• Marta: No sé qué hacer con mis
cansancios y preocupaciones…
-
Jesús: siéntate a mis pies, escucha mis Palabras, no te afanes tanto, no
necesito que hagas mucho sino que ames mucho.
• Buen ladrón: No sé cómo reparar mi
daño, devolver lo que he robado…
-
Jesús: déjame robarte el corazón y llevarlo conmigo al cielo.
Ejercicio para la
oración
Puedes
ponerte en presencia de Dios y presentar tus NO SÉ a Cristo, escuchando cómo Él
te va respondiendo y así, dejar que te llene de su sabiduría.
Nosotros
no sabemos, Él es la sabiduría infinita que nos ama, nos conoce y nos abraza.
"Él
nos quiere enriquecer y por eso: "si quieres saber algo, no quieras saber
algo en nada" (San Juan de la Cruz, Subida al Monte Carmelo)
Publicado originalmente
en: La-oracion.com