Su
Santidad se encuentra con el Clero en la Catedral de Rabat y agradece su
diálogo y colaboración para desenmascarar los intentos de utilizar las
diferencias y la ignorancia para sembrar miedo, odio y conflicto
Los
cristianos de Marruecos son una minoría, pero para el Papa no es ningún
problema porque Jesús – dice – “no nos ha elegido y enviado para que seamos los
más numerosos” sino que “nos ha puesto en la sociedad como esa pequeña cantidad
de levadura: la levadura de las bienaventuranzas y el amor fraterno donde todos
como cristianos nos podemos encontrar para que su Reino se haga presente”. Son
las palabras con las que ha comenzado su discurso ante los sacerdotes, las
personas consagradas y el Consejo Mundial de Iglesias en la Catedral de Rabat.
Durante
su discurso, ha felicitado en concreto al Consejo Mundial de Iglesias por
“manifestar visiblemente la comunión que se vive en Marruecos entre cristianos
de diversas confesiones, en el camino de la unidad”. Y ha asegurado al Clero
que su misión “no está determinada principalmente por el número o la cantidad
de espacios que se ocupan, sino por la capacidad que se tiene de generar y
suscitar transformación, estupor y compasión; por el modo en el que vivamos
como discípulos de Jesús”. A este respecto ha señalado que esos caminos de
misión no deben pasar “por el proselitismo”, el cual – ha puntualizado – “lleva
siempre a un callejón sin salida”; también ha dicho que el problema no es ser
pocos sino “ser insignificantes” y convertirse en una sal que ya no tiene sabor
de Evangelio, o en una luz que ya no ilumina.
Ser cristiano es
“encuentro”, no “proselitismo”
“Creo
que la preocupación surge cuando a nosotros, cristianos, nos abruma pensar que
solo podemos ser significativos si somos la masa y si ocupamos todos los
espacios” ha dicho Francisco, asegurando que “cristiano” no es el que se
adhiere a una doctrina, a un templo o a un grupo étnico, sino que ser cristiano
es “un encuentro”: “Somos cristianos porque hemos sido amados y encontrados, y
no gracias al proselitismo”.
La Iglesia en diálogo: no
por modas, sino por fidelidad al Señor
Ante
el Clero en Rabat, el Papa también ha asegurado que afirmar que la Iglesia debe
entablar un diálogo “no depende de una moda” y menos aún “de una estrategia
para que aumente el número de sus miembros”. La Iglesia debe entablar un
diálogo “por fidelidad a su Señor y Maestro que, desde el comienzo, movido por
el amor, ha querido dialogar como amigo e invitarnos a participar de su
amistad” ha subrayado.
El diálogo se convierte en
oración
Francisco
también ha dicho que en el momento en el que la Iglesia entabla un diálogo con
el mundo y se hace coloquio “contribuye a la llegada de la fraternidad, que
tiene su fuente profunda no en nosotros, sino en la paternidad de Dios”. Además
este diálogo – ha continuado – “es un diálogo que se convierte en oración”;
“una oración que no distingue, no separa, no margina, sino que se hace eco de
la vida del prójimo; oración de intercesión que es capaz de decir al Padre:
«Venga tu reino»”. Y esta oración no se debe hacer “con la violencia, el odio o
la supremacía étnica, religiosa, económica”, sino “con la fuerza de la
compasión derramada en la Cruz por todos los hombres”.
En
este sentido, el Papa les ha agradecido por la labor que realizan en Marruecos
y por encontrar en el diálogo, la colaboración y la amistad “los instrumentos
para sembrar futuro y esperanza”: “Así desenmascaráis y lográis poner en
evidencia todos los intentos de utilizar las diferencias y la ignorancia para
sembrar miedo, odio y conflicto. Porque sabemos que el miedo y el odio,
alimentados y manipulados, desestabilizan y dejan nuestras comunidades
espiritualmente indefensas”.
“El ecumenismo de la
caridad”
“Os
animo a que sigáis estando cerca de quienes a menudo son dejados atrás, de los
pequeños y los pobres, de los presos y los migrantes” ha expresado el Papa a
los sacerdotes y consagrados de Rabat y además les ha pedido que desarrollen
siempre “una caridad activa” y “un camino de comunión entre los cristianos de
todas las confesiones presentes en Marruecos”, o lo que el Papa ha denominado
“el ecumenismo de la caridad”.
Poner los ojos hacia el
futuro para una cultura del encuentro
Así
mismo ha deseado que, ese camino de diálogo “pueda ser también con vuestros
hermanos y hermanas musulmanes, y con todas las personas de buena voluntad”,
puntualizando que la caridad, especialmente hacia los más débiles “es la mejor
oportunidad que tenemos para seguir trabajando en favor de una cultura del
encuentro”.
“¡Vosotros
no solamente tenéis una historia gloriosa para recordar y contar, sino una gran
historia que construir! Poned los ojos en el futuro, hacia el que el Espíritu
os impulsa” ha concluido y seguidamente ha recitado la oración mariana del
Ángelus.
Mireia
Bonilla – Ciudad del Vaticano
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