El
Papa Francisco encuentra a un grupo de migrantes en la sede de Cáritas de la
diócesis de Rabat. Es recibido por el Arzobispo de Tánger y por el director de
Cáritas
El
Obispo de Tánger, Santiago Agrelo, saludó y le presentó a un grupo de
refugiados del norte de África, y se refirió a ellos como "quienes llevan
las marcas de Cristo", en "ellos, el Señor se estremece de frío y de
soledad. En ellos está presente Cristo. Todos esperamos encontrar en sus
palabras luz de fe para orientarnos, para no desfallecer en el camino. Gracias
por amar".
El
Papa expresa su alegría de encontrar a personas migrantes atendidas por
Cáritas, y justamente, porque la migración es ruptura, afirma que es “Herida
que clama al cielo, y por eso no queremos que nuestra palabra sea la
indiferencia y el silencio (cf. Ex 3,7). Mucho más cuando se constata que son
muchos millones los refugiados y los demás migrantes forzados que piden la
protección internacional, sin contar a las víctimas de la trata y de las nuevas
formas de esclavitud en manos de organizaciones criminales. Nadie puede ser
indiferente ante este dolor”.
Avances en materia de
migraciones
El
Santo Padre constata el avance que representa el Pacto Mundial por unas
Migraciones Seguras, Ordenadas y Regulares adoptado en la Conferencia
Intergubernamental de Marrakech, porque en él se busca devolverle a la imagen
del migrante, un rostro, una historia, una razón por la que ha decidido dejar
su tierra. Por eso afirma: «en efecto, un migrante no es más humano o menos
humano, en función de su ubicación a un lado o a otro de una frontera».
El
Papa aunque constata los avances, pide caer en la cuenta de que “no podemos
olvidar que el progreso de nuestros pueblos no puede medirse únicamente por el
desarrollo tecnológico o económico”. Por eso advierte: “¡Qué desierta e
inhóspita se vuelve una ciudad cuando pierde la capacidad de compasión! Una
sociedad sin corazón... una madre estéril. Ustedes no están marginados, están
en el centro del corazón de la Iglesia”.
Cuatro acciones hacia los
migrantes
Luego,
el Papa recuerda cuatro verbos que han estado siempre presentes en su reflexión
sobre el tema de las migraciones: acoger, proteger, promover e integrar, porque
"para que quien quiera ayudar a hacer esta alianza más concreta y real
pueda involucrarse con sabiduría en vez de permanecer en silencio, ayudar en
lugar de aislar, construir en vez de abandonar”.
Estos
cuatro verbos nos implican a todos porque “todos somos necesarios para
garantizar una vida más digna, segura y solidaria. Me gusta pensar que el
primer voluntario, asistente, socorrista y amigo de un migrante es otro
migrante que conoce en primera persona el sufrimiento del camino” … “Es
necesario que ustedes, migrantes, se sientan como los primeros protagonistas y
ejecutores en todo este proceso”.
Francisco
insiste: “Estos cuatro verbos pueden ayudar a crear alianzas capaces de
recuperar espacios donde acoger, proteger, promover e integrar. En definitiva,
espacios para dar dignidad”.
En
este contexto, el Papa define los cuatro verbos, de esta manera, “acoger
significa, ante todo, ampliar las posibilidades para que los emigrantes y
refugiados puedan entrar de modo seguro y legal en los países de destino”.
“Proteger
quiere decir que se garantice la defensa «de los derechos y de la dignidad de
los emigrantes y refugiados, independientemente de su estatus migratorio”.
“Promover
significa garantizar a todos, migrantes y locales, la posibilidad de encontrar
un ambiente seguro que les permita realizarse integralmente. Esta promoción
comienza reconociendo que ninguno es un desecho humano, sino que es portador de
una riqueza personal, cultural y profesional que puede aportar mucho ahí donde
se encuentra”.
Para
el Papa, la promoción comienza en los lugares de origen, garantizando el
derecho a migrar y el de no estar obligados a emigrar, es decir, derecho a
tener una vida digna.
Finalmente,
“integrar quiere decir comprometerse en un proceso que valorice tanto el
patrimonio cultural de la comunidad receptora como el de los migrantes,
construyendo así una sociedad intercultural y abierta”.
Construir un mundo
acogedor e intercultural
El
resultado de este proceso en el que intervienen locales y migrantes, busca
construir “ciudades acogedoras, plurales y atentas a los procesos
interculturales, ciudades capaces de valorizar la riqueza de las diferencias en
el encuentro con el otro”.
El
Papa expresa su cercanía a los presentes y a todos los migrantes: “Queridos
amigos migrantes, la Iglesia reconoce los sufrimientos que marcan vuestro
camino y sufre junto a vosotros ... “para el cristiano "no se trata sólo
de los emigrantes", sino que es Cristo mismo quien llama a nuestras
puertas” … “Porque todo hombre tiene derecho a la vida, todo hombre tiene
derecho a tener sueños y a encontrar el lugar que le corresponde en nuestra
“casa común”.
El
Papa se despide de los asistentes al encuentro, expresando su gratitud a todas
las personas que se han puesto al servicio de los migrantes y refugiados en
todo el mundo, especialmente a los de Cáritas. A todos les animó: que el Señor
“les dé la fuerza necesaria para no desanimarse y para ser unos con otros “puerto
seguro” de acogida”.
Manuel
Cubías – Ciudad del Vaticano
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