Luz en el tiesto
Hola,
buenos días, hoy Lety nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Iba
andando por el claustro, ya estaba anocheciendo. De pronto, al fondo, vi una
pequeña luz que salía de un tiesto. Me acerqué y encontré un tulipán de
plástico. En el centro tenía una pequeña placa solar, que, durante el día,
había cargado una batería, que ahora alimentaba su pequeña bombilla. El tulipán
lucía con intensidad. Todo estaba oscuro, pero el tiesto donde estaba clavado
tenía luz, se veía perfectamente.
Me
quedé mirando el tulipán y pensé: “Cuántas veces vivimos lamentándonos por lo
que no tenemos, por lo que nos falta, por no saber, no llegar... y, en cambio,
Cristo te da siempre luz para tu vida, para tu tiesto”.
Es
verdad que a veces las situaciones que nos rodean no son buenas, son de
sufrimiento, de impotencia... y lo que solemos hacer es rendirnos. Pero no, lo
importante no es que todo esté iluminado; lo importante es que tú puedas
aportar un poco de luz.
No
quieras que todo sea favorable para ser feliz, no quieras todo perfecto, pues
eso nunca llegará. Jesús te enseña a vivir feliz en medio del sufrimiento, a
descubrir y vivir desde la muerte y resurrección del Señor. Cristo te da luz
para el paso siguiente; es verdad que nos gustaría que iluminase todo el
camino, pero para andar es suficiente ver el siguiente paso. Él quiere hacer,
en tu vida, maravillas.
En
tu vida todo está bien. No te pases el día viviendo “desde el no”, desde lo que
no tienes. Alza los ojos y mira al cielo, vive desde el sí, desde la luz que
tienes, desde la vida que te rodea. Descubre a Cristo en tu caminar. No pienses
que estás solo, porque no es verdad: a nuestro Dios le importas, y mucho, te ha
dado a su Hijo para que, con su vida, muerte y resurrección, tengas vida.
Hoy
el reto del amor es buscar lo bueno que tienes en tu vida y no detenerte en lo
malo. Tómate un café con una persona y transmítele la luz que tienes,
transmítele a Cristo.
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma