HOY EL RETO DEL AMOR ES ALABARLO POR UNA COSA QUE SIENTAS QUE HA VENCIDO EN TU VIDA

Un ramo de...

Hola, buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.

Ayer me llevé una gran sorpresa. Cuando subíamos al Noviciado después de la oración de la tarde, nos dimos cuenta de que toda la ropa que habíamos lavado, estaba doblada.

-¡Uy va, la ropa! -exclamé al verla, dándome cuenta de que se me había olvidado por completo.

¿Quién habría sido?, nos preguntábamos, porque ninguna de nosotras la había recogido.

En aquel instante me asaltó un sentimiento como de culpabilidad, al verme lo desastre que había sido, pues esta semana me tocaba a mí, y la ropa llevaba ya unos días tendida, completamente olvidada. “¡Qué desastre!”, me surgía por dentro.

Pero, poco después, volví a reformularme la situación: “O sea, que una hermana, por sorpresa, al ver que teníamos la ropa tendida, se ha tomado la molestia de recogerla, doblarla y traerla... ¿y a ti solo se te ocurre pensar en ti misma?”

¡Era verdad! Cuando me quedo en mi pequeñez, no soy capaz de ver las grandezas de los demás.

Sin embargo, lo genial es que, al descubrir esto y entregárselo al Señor, todo aquello cambia de punto de vista. Ahora solo fluía darle las gracias y alabarle de corazón por el gesto que había tenido.

Y es que Cristo ha quitado esa culpabilidad que nos deja nuestra pobreza; nos ha hecho responsables, pero no culpables.

Sin embargo, la realidad es que a menudo nos sucede esto mismo con Él. Pues cuántas veces nos vemos luchando con esfuerzo propio por ser, por llegar a todo, por salvarnos de lo que nos pesa o nos ata... pero Cristo ya nos ha doblado la ropa, ¡Cristo ya nos ha salvado! Porque, lo que para nosotros es imposible, para Él no: en Él, todo lo que estás viviendo ahora está vencido, no hay mal alguno que te pueda hundir, porque... ¡Cristo ha vencido!

Y esto es lo que celebramos hoy: que Él nos ha amado, y comenzamos de lleno esta Semana Santa para celebrar la grandeza de su Amor, que se entregó hasta la muerte por nosotros, por ti, por todo lo tuyo.

Por eso, hoy el reto del amor es alabarlo por una cosa en la que sientas que ha vencido en tu vida. ¡Que esa alabanza sea tu ramo de hoy! Hoy es un día para no mirar lo negativo, sino para alegrarse, para sentir que lo que vamos a vivir estos días tiene que ver contigo y conmigo, porque ese Cristo que hoy recorrerá las calles... ha venido para ti.

VIVE DE CRISTO

Fuente: Dominicas de Lerma