¡Oren
constantemente! También cuando estamos en desánimo y depresión podemos orar
La
depresión es una enfermedad o una situación anímica negativa de la que se
habla cada vez más. El ritmo moderno de la vida conlleva exceso en el esfuerzo
que luego se puede traducir en un bajón generalizado de nuestra tonalidad
anímica. ¿Cómo orar entonces en momentos de depresión, de desánimo, de
desesperanzas? ¿Hay algún secreto para orar en estas circunstancias?
Una
simplemente una vida competitiva y llena de exigencias múltiples en muchos sentidos
hacen difícil la concentración para la oración, crean nuevas ansias y temores,
conducen a altibajos emotivos y afectivos que causan si no una verdadera
depresión, sí estados anímicos negativos en los que se nos hace difícil y
pesada la vida.
Las
personas se pueden preguntar si en estos momentos de depresión se puede rezar o
el normal esfuerzo que requiere la oración es demasiado elevado para quien
parece no tener fuerzas ni siquiera para llevar una vida normal.
San
Pablo en la conclusión de la primera carta a los Tesalonicenses, una de las
primeras comunidades cristianas europeas, exhorta a estos discípulos de Cristo
en esa ciudad griega: "Oren constantemente". (1 Tes 5, 17) Aquí San
Pablo pide algo que parecería casi imposible.
Hay
que entender esta exhortación como: oren siempre, en toda ocasión, en toda
circunstancia. Por lo tanto, también cuando el estado interior está en
desánimo, oprimido por una pena o en depresión anímica. Por lo tanto está claro
que también hay que orar en momentos de depresión,
¿Cómo orar ante
circunstancias de desánimos?
En
cada momento de la vida, nuestra oración debe acoplarse a la realidad
interior o exterior que tenemos que vivir.
Se
puede orar en la alegría o en la tristeza, se puede orar cuando todo marcha
viento en popa o cuando todo parece ir contra lo que habíamos planeado, cuando
nos sentimos queridos por los demás o abandonados por todos.
También
podemos rezar cuando nuestro estado anímico es positivo o, por el contrario,
cuando se ve afligido por lo que hoy se llama depresión.
¿Qué podemos orar cuando
estamos en un estado negativo?
En
primer lugar se puede orar pidiendo al Señor que, si es su voluntad, nos
haga salir de ese estado que nos oprime. Se puede pedir que nos ayude a
soportar esa prueba que no se había buscado, ni sospechado y que sin embargo
hace tan duro y lento el caminar por la vida.
Quizás
en estas circunstancias puede nacer espontánea del alma alguna oración parecida
a la de Job que en forma dramática maldice el día de su nacimiento (Job 3, 3-4)
aunque luego, esclarecido por la revelación divina reconoce: "yo te
conocía sólo de oídas, mas ahora te han visto mis ojos" (Job 42, 5)
Cristo
oró en la cruz, invocando al Padre para que escuchara su oración y acogiera su
espíritu (Lc 23, 46) Los evangelistas nos han dejado también una invocación de
Jesús en la cruz que parece desgarradora: "¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué
me has abandonado?" (Mt 26, 46) que probablemente es la recitación de un
salmo (Salmo 22) que concluye luego lleno de esperanza.
Cómo orar ante la
depresión
En
la depresión como en cualquier circunstancia de la vida humana, podemos y
debemos orar, no del mismo modo como oramos normalmente. No será una oración
discursiva o racional, pero no menos intensa y verdadera.
La
oración interpreta los deseos de nuestro espíritu. Y nuestro espíritu siempre
busca el amor.
También
en la depresión podemos amar y por ello podemos orar, podemos implorar el amor
y ofrecer el sufrimiento de nuestro ser como parte de nuestra ofrenda de amor
al Señor.
Cada
uno encontrará las fórmulas o los métodos que más le ayuden a orar, pero no
caigamos en la tentación de dejar la oración cuando más la necesitamos para
nutrir nuestro espíritu de las fuerzas que le faltan a la parte emotiva y
afectiva de nuestro ser.
Por: Padre Pedro Barrajón, L.C.
Fuente:
La-Oracion.com