COLABORACIÓN DE JUAN CARLOS CARVAJAL PARA EL VIERNES SANTO

Viernes Santo

MONICIÓN DE ENTRADA

Hermanos, hoy celebramos la Pasión del Señor, primer acto de su Pascua. Jesús, por su pasión, muerte y resurrección va a pasar de este mundo al Padre y va a llevar consigo nuestra humanidad.

Jesús es el grano de trigo que muere en el surco de nuestra tierra para dar fruto de vida eterna en cada uno de nosotros. Este es el Misterio central de nuestra salvación. 

La liturgia de este día tiene tres momentos fundamentales: la Liturgia de la Palabra (que culmina en una solemne Oración Universal), la Adoración de la Cruz y la Comunión con el Pan que consagrado ayer ha permanecido en el Monumento. Hoy el centro de la liturgia es la Cruz.

Iniciemos nuestra celebración orando en silencio. Quien pueda, de rodilla, y quien no, de pie.

MONICIÓN A LAS LECTURAS

La celebración del Viernes Santo solo se puede vivir en la fe. Solo por la fe podemos acompañar a Jesús en su camino hacia la Cruz; solo por la fe podemos aguantar el escándalo de su aparente fracaso; solo por la fe podemos esperar que la muerte no tenga la última palabra…

¿Dónde encontraremos apoyo para fortalecer nuestra fe? La Palabra divina viene a nuestro auxilio. Ella es la lámpara que Dios nos ofrece para iluminar las sombras de muerte que amenazan nuestra fe.

Escuchemos con devoción la Palabra de Dios.

INTRODUCCIÓN
A LA ORACIÓN UNIVERSAL

Hoy con la Oración Universal nuestra comunidad cristiana ejerce su sacerdocio. Nuestra Oración quiere abarcar todo el mundo, como lo abarca el Amor de nuestro Dios.

Unos clavos y dos maderos no pueden detener la Vida, ni la Gracia que nos viene del Padre. Unos brazos clavados, los de Jesús, siguen siendo capaces de acoger, abrazar y redimir a todos los crucificados de la tierra.

Oremos hermanos, para que la salvación que nos ha alcanzado Cristo en su Cruz se proyecte en toda la humanidad, especialmente en aquella porción que está sometida a la cruz.

ADORACIÓN DE LA CRUZ

La adoración de la Cruz que ahora vamos a realizar es una profunda expresión de fe.

Nosotros creemos y confesamos que donde acaba la vida, Dios pone su Vida; donde triunfa el mal y la injusticia, Dios pone la Salvación; donde está la locura del desamor, Dios pone la Gracia. Con los brazos extendidos y clavados al madero, Jesús nos abraza y nos da motivos para la esperanza.

Que nuestra adoración de la Santa Cruz sea una expresión de que, igual que Jesús, también nosotros queremos abrazar nuestras cruces para abrir senderos de esperanza a nuestros hermanos crucificados.