Quiero dejar claro que bajo mi punto de vista hay que
tener un fundamento religioso, porque el vacío interno, al final, convierte
al individuo en egoísta e individualista
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Manuel Lavigne es el pregonero deeste año 2019
en la Semana Santa de Marbella
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Manuel Lavigne, bombero de profesión, ha hablado de su
fe en Diario Sur.
Es el pregonero de la Semana Santa de Marbella 2019, y ensaya con
tenacidad e insistencia su pregón, con forma de cuento, que leerá acompañado de
una pianista, Dolores Benito.
"La verdad es que
no corren buenos tiempos para el cristianismo", denuncia. "Parece
que está de moda cualquier cosa menos ser cristiano. Decir que eres ateo
entre los colegas queda bien, decir que eres budista queda incluso
divertido, pero decir que eres cristiano suena a antiguo; pues no, no es así
y creo que lo importante es que eduquemos a nuestros hijos en esa idea".
La Semana Santa, explica,
es "la parte más importante de mi vida espiritual. La Semana Santa en mi
casa se ha vivido siempre con momentos de reflexión. Mi madre era muy
religiosa y además de hablarnos de la vida de Jesucristo, llevaba a rajatabla
todas las costumbres religiosas. Y ahora, desde que empezamos a limpiar el
trono empezamos a reflexionar cómo ser mejor padre, mejor marido, mejor
hermano, mejor bombero, mejor amigo, mejor ciudadano... y eso es la Semana
Santa y por eso es tan importante para mí".
Un pregón que emociona,
hace llorar y reflexionar
"El pregón contiene
una reflexión filosófica sobre el momento actual de los cristianos y hace una
comparación con los agnósticos y los ateos. Quiero dejar claro que bajo mi
punto de vista hay que tener un fundamento religioso, porque el vacío
interno, al final, convierte al individuo en egoísta e individualista. Y el
cristianismo se basa en el amor al prójimo, en ayudar al otro, todo lo
contrario al egoísmo.
Ese pregón tiene forma de
cuento: "Está dedicado a las madres y sobre todo a las madres que han
perdido un hijo como la Virgen María. El pregón empieza con una madre que
le está contando un cuento a su hijo que no puede ir a ver las procesiones
porque está enfermo. Esa madre abrirá las páginas de un libro y empieza a
contar una narración, la vivencia de un invitado a una casa de Marbella. Y
el invitado tiene pelo largo, barba y calza sandalias. Y ahí me
callo".
Avisa de que es un pregón emocionante.
"Se lo digo de verdad, porque cada vez que ensayamos lloramos, tanto mi
mujer, que me acompaña muchas veces, la pianista y yo. Porque si te gusta
Jesucristo y escuchas el pregón, te emocionas. Voy a pretender que no haya
aplausos durante todo el pregón, solamente al final.
En el pregón de la Virgen
del Carmen sucedió así, y sucedió porque cuando la narración va muy pausada y
la música te acompaña, pasa igual que en un concierto de música clásica, nadie
aplaude hasta que no lo hace todo el mundo por miedo a quedarse fuera de juego.
Y prefiero que sea así, que todo el mundo esté atento y no se rompa el hilo de
la narración".
Semana Santa: hacer penitencia,
vivir la fe todo el año
Manuel Lavigne explica que
su abuelo "fue 50 años hermano mayor de la Soledad, mi padre, otros 50,
después fui yo, ocho años, y ahora es mi señora. Así que toda mi vida".
Detalla además que "nuestra
hermandad sabe que sale a la calle a hacer una estación de penitencia y no a
mostrar nada. Toda nuestra junta de gobierno va con la cara tapada; yo
nunca he salido al descubierto y voy a cumplir 60 años. Y sobre todo,
vivimos los valores cristianos durante todo el año".
Fuente:
ReL