"Acabar con la
discriminación, la estigmatización y el prejuicio" es el tema del mensaje
del Prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral,
Cardenal Peter Kodwo Appiah Turkson, con motivo de la 66º Jornada Mundial de Lucha
contra la Lepra (enfermedad de Hansen) que se celebró el domingo 27 de enero de
2019
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Cardenal Peter Turkson. Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa |
“La comunidad médica y la
sociedad han experimentado en los últimos años un gran progreso en el cuidado
de las personas que padecen lepra o enfermedad de Hansen.
El diagnóstico ha
mejorado y muchos tratamientos son más accesibles que antes, sin embargo,
desafortunadamente, esta enfermedad todavía afecta principalmente a las
personas más desfavorecidas y más pobres", denuncia Card. Turkson.
Por ello, recuerda con las
palabras del Papa Francisco que “es importante mantener viva la solidaridad con
estos hermanos y hermanas que han quedado discapacitados como resultado de esta
enfermedad”.
“Jesús fue para nosotros un
modelo para este tipo de cuidado. Lo que movía profundamente a Cristo en el
encuentro con los leprosos ahora debe inspirarnos a todos, en la Iglesia y en
la sociedad”, señala el Prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo
Humano Integral.
En esta línea, “una terapia con múltiples medicamentos y centros clínicos
especializados ha demostrado su eficacia en el tratamiento de esta enfermedad,
sin embargo, ninguna institución puede reemplazar al corazón o a la compasión
humana, cuando es necesario enfrentar el sufrimiento del otro”.
El mensaje recuerda también
la predicación del pasaje bíblico de la curación del leproso del Evangelio de
San Marcos en la que el Papa Francisco “indica el poder y la eficacia de Dios
para salir al encuentro de nuestro deseo más profundo de ser amados y
cuidados”. “La misericordia de Dios”, recuerda, “supera toda barrera y la mano
de Jesús toca” al leproso.
Por otro lado, este año se
cumple el décimo aniversario de la canonización de San Damián de Veuster,
sacerdote de la Congregación de los Sagrados Corazones de Jesús y María, quien
sirvió como misionero a la comunidad de leprosos de la isla de Molokai en
Hawai.
San Damián eligió quedarse en
la isla y luego también él contrajo la enfermedad. “Predicó el Evangelio de la
misericordia a una comunidad a la que generalmente uno se dirigía a distancia,
mostrando la cercanía de Dios a los leprosos”.
Además, el Papa Francisco en
la exhortación apostólica Evangelii Gaudium aborda la actitud humana de abrazar
“un desborde activista” cuando se trata de servir a los pobres y necesitados.
Lo que Dios quiere de cada uno de nosotros, explica, es “una atención puesta en
el otro, considerándolo como uno consigo”.
En una homilía de la Misa en
Casa Santa Marta el Santo Padre comentó que “a la profunda conversión de
San Francisco de Asís contribuyó un encuentro lleno de gracia con un leproso.
Al final se hizo cargo de esa persona, -el leproso, figura de Cristo
crucificado- lo ayudó y lo besó. Cada encuentro auténtico tiene el poder de
devolver la vida y la esperanza”.
En este sentido, el mensaje
explica que “a nivel práctico, hay muchas maneras para facilitar este encuentro
con los enfermos de lepra”, como las instituciones médicas y los sistemas
locales de asistencia sanitaria católicos, en colaboración con los organismos
gubernamentales y las ONGs, “pueden ayudar a crear alianzas que tengan efecto a
largo plazo en las personas afectadas por esta enfermedad”.
Otra cuestión fundamental en el camino hacia el progreso es la construcción de
la conciencia, especialmente en aquellos países donde la lepra es una enfermedad
endémica. “El poder de la educación y la contribución de la academia de las
ciencias” pueden hacer mucho para asistir a las personas diagnosticadas con
lepra para encontrar una solución y ayudar a nuestras comunidades a tender una
mano benévola y acogedora, afirmó.
Asimismo, “las comunidades
mismas deben esforzarse continuamente para eliminar la ‘discriminación, la
estigmatización y los prejuicios’, trabajando para lograr la integración
completa de la persona en todas sus dimensiones físicas y espirituales”.
San Pablo VI habló de un
desarrollo “de todo el hombre y de todos los hombres”. “Cuando los leprosos
encuentran atención clínica, merecen recibir una mirada de amor, de hermandad
y, por lo tanto, también merecen encontrar aceptación social de acuerdo con su
dignidad espiritual, así el desarrollo humano integral encontrará su expresión
más pura en la curación auténtica”.
Al finalizar el mensaje, el
Cardenal Peter Turkson agradeció “a todos aquellos que trabajan
infatigablemente para ayudar a quienes sufren de lepra y brindan un alivio tan
eficaz a los enfermos”, y confío a la “poderosa intercesión de la Santísima
Virgen María, Salud de los Enfermos” para que esté cerca en este intento de
“vencer la enfermedad de Hansen, así como la estigmatización, la discriminación
y los prejuicios en todas sus formas”.
POR MERCEDES DE LA TORRE
Fuente: ACI