Fibra
Hola,
buenos días, hoy Lety nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Ayer
vinieron los técnicos de Telefónica que están trabajando estos días en Lerma
para cambiarnos la entrada de Internet y ponernos la fibra óptica.
Me
impresionó mucho, porque se multiplicó la velocidad por 100. No era un cambio
pequeño, sino muy grande.
Como
me gusta mucho la informática, le pregunté de todo al técnico para entender
bien qué es la fibra y, sobre todo, qué hacer para que funcione a máximo
rendimiento. Había una frase que el chico no paraba de repetir:
-Para
que la fibra funcione bien no es solo cuestión de que te ponga la entrada.
También el ordenador tiene que estar preparado, los puntos de acceso ser
potentes, el cable nunca inferior a cinco... El buen funcionamiento es el
resultado de todo el conjunto.
Y
me daba cuenta de que Jesús es nuestra fibra, es la máxima potencia en nuestra
vida para ser felices, para ir a toda velocidad, para no “quedarte colgado...”
Y Cristo tiene toda su instalación preparada, llama a tu puerta pero, para que
Su fibra funcione al máximo en nuestras vidas, tenemos que tener a punto y con
lo necesario el resto del circuito.
A
veces creemos que con rezar, o ir a misa... ya es suficiente. Todo esto está
muy bien, sí, y es necesario. Pero los elementos del circuito son muchos más.
El auténtico cristianismo no es “algo más” en tu vida, es un estilo de vida. Es
relación con Cristo, y también relación con los hermanos. Es el conjunto de
todo, de gracia y de obras. Es don y tarea.
Sé
que muchas veces queremos amar y no podemos, queremos perdonar y no podemos,
queremos entregarnos y no nos sale... Por mucho que queramos, nuestro circuito
no es perfecto. Cierto, y Jesús cuenta con tu debilidad y pobreza, no se asusta
de ella; al revés, la ama y sabe que tu debilidad es la puerta por donde Le
dejas entrar. La clave está en tu corazón, en que quieras dejar a Jesús entrar
en tu vida, sin límites, que pase con potencia por tu ser. Él es también el
técnico, y poco a poco irá poniendo todo a punto.
Por
ello, no quieras ser fuerte tú, deja que Jesús sea fuerte en ti. Donde tú no
llegues, alza una oración al Cielo, dale permiso para renovar toda tu vida,
pídele que Él sea fuerte y llegue.
Hoy
el reto del amor es seguir amando. Seguro que ya estás cansado de esa situación
que no sabes por dónde coger... pues hoy vamos a dejar a Jesús ser fuerte en
ti, no lo vas a hacer tú. Párate un minuto y reza por esa situación, pregúntale
a Jesús qué tienes que hacer, escucha en tu corazón y, después, ponte en
camino. Deja que Jesús obre en ti, que ame en ti, que abrace en ti... déjate
conducir por su potencia, por su Gracia.
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma