A
la hora del Ángelus, en la solemnidad del Bautismo del Señor, el Santo Padre
invita a regenerar en la oración “la Evangelización y el Apostolado”, para
hacer un claro testimonio cristiano, no de acuerdo con nuestros proyectos
humanos, sino con el plan de Dios
El Papa Francisco asomado desde la ventana del Palacio Apostólico del Vaticano. (Vatican Media) |
A
las 12 del mediodía del 13 de enero de 2019, día en el que la Iglesia Católica
celebra la Fiesta del Bautismo del Señor, con la plaza de San Pedro en el
Vaticano repleta de fieles, el Papa Francisco recitó la oración mariana del
Ángelus asegurando que esta fiesta es “una ocasión propicia para renovar con
gratitud y convicción las promesas de nuestro Bautismo, comprometiéndonos a
vivir diariamente en armonía con él”.
Hoy,
día en el que finaliza el tiempo litúrgico de Navidad, “la liturgia nos llama a
conocer más plenamente a Jesús, de quien recién hemos celebrado el nacimiento”
expresó el Papa ante los fieles y aseguró que por esta razón el Evangelio de
Lucas de hoy “ilustra dos elementos importantes: la relación de Jesús con la
gente y la relación de Jesús con el Padre”.
Jesús se sumerge entre la
multitud manifestando la lógica de su misión
Narrando
la historia del bautismo, que fue otorgada por Juan el Bautista a Jesús en las
aguas del Jordán, el Papa Francisco pide prestar atención al papel del pueblo,
el cual – asegura - “no es solo un fondo de la escena, sino un componente
esencial del evento” porque Jesús, antes de sumergirse en el agua, "se
sumerge" en la multitud, se une a ella y asume plenamente la condición
humana, compartiendo todo excepto el pecado. Un gesto con el que Jesús
“manifiesta la lógica y el significado de su misión” asegura Francisco y que
lleva a que hoy también sea “una Epifanía”.
Además,
el Papa puntualiza que el Espíritu Santo que desciende sobre Él en forma
corporal, como una paloma “es la señal de que con Jesús comienza un nuevo
mundo”, “una nueva creación que incluye a todos los que acogen a Cristo en su
vida”. Y este amor del Padre – dice el Papa – que recibimos el día de nuestro
bautismo, “es una llama que ha sido encendida en nuestros corazones y requiere
que seamos alimentados por la oración y la caridad”.
Jesús se sumerge en
comunión con el Padre para manifestar su bondad y amor por los hombres
El
Santo Padre explica también el segundo elemento enfatizado por el evangelista
Lucas, en el que Jesús ya bautizado, se "sumerge" a sí mismo en la
oración y por tanto en comunión con el Padre. “El bautismo es el comienzo de la
vida pública de Jesús” afirma el Papa, y de su misión en el mundo “como un
enviado del Padre para manifestar su bondad y su amor por los hombres”. Y
además, añade – “esta misión se realiza en una unión constante y perfecta con
el Padre y el Espíritu Santo”.
Tenemos como misión
regenerar nuestra oración de acuerdo al plan de Dios
En
este sentido, Francisco asegura que la misión de la Iglesia y la de cada uno de
nosotros de ser fieles y fructíferos, está llamada a "injertarse" en
la de Jesús, “regenerando continuamente en la oración la Evangelización y el
Apostolado, para hacer un claro testimonio cristiano, no de acuerdo con
nuestros proyectos humanos, sino de acuerdo con el plan y el estilo de Dios”.
El bautismo son nuestras
raíces de la vida con Dios
Después
de estas palabras y de recitar la oración mariana del Ángelus, el Pontífice
volvió a insistir en su invitación de “mantener vivo y actualizado el recuerdo
del bautismo”, pues es ahí donde están “las raíces de nuestra vida en Dios; las
raíces de nuestra vida eterna, que Jesucristo nos dio con su Encarnación,
Pasión, Muerte y Resurrección” y pidió invocar “más a menudo” al Espíritu Santo
“para vivir las cosas comunes con amor, y así hacerlas extraordinarias”.
Mireia
Bonilla – Ciudad del Vaticano
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