En honor de nuestra Madre
Santísima, es la más popular de todas las Letanías, llamada así porque se usó
por primera vez en el Santuario de Loreto
VASO ESPIRITUAL
El
primer sentido, inmediato y literal, de la palabra VASO indica un recipiente de
cualquier materia y forma, apto para recibir y retenes cualquier cosa,
especialmente líquida.
En
sentido más extenso y metafórico, la Sagrada Escritura llama vaso a toda cosa,
aún a la persona humana, porque toda criatura en las manos de Dios es como un
vaso en la mano del alfarero En las Letanías, María es honrada tres veces con
este nombre de VASO. Vaso espiritual significa pues, Persona o Mujer espiritual.
Enseña
Santo Tomás de Aquino que en la Sagrada Escritura los hombres son comparados a
los vasos, o se llaman vasos bajo cuatro aspectos: por la constitución, por el
contenido, por el uso para el cual sirven y por el fruto que traen.
•
Por la constitución, esto es por la materia y por la forma que el artífice le
imprime; tanto más noble y precioso cuanto más preciosa es su materia.
María
VASO de ORO purísimo, bella y hermosa de alma, la más preciada perla, la gema
inapreciable del universo.
Dios
trabajó esta materia con exquisito cuidado, arte y habilidad y le dio la más
hermosa y preciada forma. Dios manifestó en esta singular criatura toda su
Sabiduría y Poder Infinito.
•
Por su contenido. El vaso es tanto más estimable en cuanto que está más lleno.
Ninguna
criatura, ni angelical ni humana es más apreciable que María. Dotada por la
generosidad divina de gracias, dones y privilegios, desde el primer instante de
su vida; llena la mente y el corazón de Dios, no menos que su purísimo Seno
Virginal.
Ella
fue, después de la humanidad creada de Jesucristo, el VASO más grande y más
capaz. Y tanto más estuvo llena de Dios, cuanto más perfectamente estuvo vacía
de si misma.
Nosotros,
no estaremos llenos de Dios mientras estemos llenas de nosotros mismos.
•
Por el uso. La nobleza del vaso se revela además por el uso al cual se destina.
El
uso más digno y más glorioso es al que fue predestinada la Virgen María. La
Divina Maternidad es la cumbre de la nobleza y de la gloria. A este fin Dios
ordenó todos los dones singularísimos del cuerpo y del alma, aquellos
especiales privilegios y dones de los cuales la dotó, para que fuera digna de
concebir en su seno al Verbo de Dios.
•
Por el fruto. Esto es por las ventajas y los bienes que nos aportó este Vaso de
Elección. Fruto suyo fue Jesucristo, la Redención del género humano y la
santificación de las almas.
Para
realizar todos estos bienes fue requerido el consentimiento de Ella.
Fruto
de este Vaso son las gracias que Dios nos concede: la conversión, el
arrepentimiento de los pecadores, la perfección y la perseverancia de los
justos: fruto suyo son también los triunfos de la Iglesia, en resumen, todo
cuanto tenemos de bueno en este mundo y tendremos en el otro. Así como es en
primer lugar, gracia de Dios. merecida para nosotros por Jesucristo, es en
segundo lugar, fruto del virginal instrumento y preciosísimo Vaso, es decir es
fruto de María.
VASO HONORABLE
Vaso
digno de honor. El honor es la expresión o testimonio exterior que se da a una
persona por sus virtudes o por su dignidad. Expresión o testimonio que se rinde
con palabras o con hechos. Llamar a María, Vaso Honorable equivale a
testimoniar su dignidad y sus virtudes.
Acerca
de las virtudes, dignidad y excelencia de Ella, se ha dicho suficientemente en
las Invocaciones anteriores. Aquí para honrar y glorificar a la excelsa Madre
de Dios, consideraremos cuánto quiso honrarla el mismo Dios.
Retrocediendo
en el camino de los siglos y aún más allá de los días solemnes de la creación,
detengámonos mentalmente en la eternidad. Dios infinitamente feliz en sí mismo,
ve presentes en el fulgor de su omnisciencia (=conocimiento de todas las cosas
reales y posibles. Atributo exclusivo de Dios), a todos los seres que tendrán
vida por su poder Creador. En su Presencia está todo lo que experimentará n las
criaturas que El vivificará con su soplo inmortal ... los seres humanos que
vivirán en un contraste de luces y sombras: las sombras de la culpa con las que
se irán manchando y las luces de la gracia con las cuales SU Misericordia Divina
los irá revistiendo.
Y
en esta luz de liberación que el mismo Dios va a extender sobre la humanidad
caída, resplandece ante sus divinos ojos el esplendor de todos los esplendores,
la epopeya de LA REDENCIÓN, y recibiendo luz y a su vez reflejándola como
estrella de primera magnitud UNA MUJER María. Que será la MADRE DE DIOS. para
darlo a la humanidad y redimirla del pecado. En estos esplendores de gracia y
de belleza, Ella es adoptada desde toda la eternidad, por el Padre como Hija
escogida por el Espíritu Santo como Esposa, elegida por el eterno y Divino Hijo
como MADRE; Hija, Esposa y Madre respectivamente de las Augustas Personas de la
Santísima Trinidad, que la harán digna por la inagotable generosidad de Ellas;
y así María de una realeza sin nombre, de una pureza sin medida, de una
santidad sin igual, después de la de Dios, avanza triunfadora del mal, hacia el
Trono del Altísimo y es saludada por el Padre: ¡llena de gracia!, por el Hijo:
¡el Señor es contigo!, por el Espíritu Santo: ¡Bendita eres entre todas las
mujeres!
Así
es saludada y bendecida por Dios Padre, por Dios Hijo, por Dios Espíritu Santo,
por los ángeles, por los pecadores y también por todas las criaturas.
Esta
admirable elección y exaltación de María le abrió los tesoros inagotables de
las gracias, de los dones y de los privilegios, con los que Dios quiso
ensalzarla y honrarla: la Inmaculada Concepción, la Purísima Virginidad unida a
la Divina Maternidad, la Asunción en cuerpo y alma al cielo, la gloria triunfal
que la coronó Reina del Cielo y de la tierra.
Hay
más todavía: quiso Dios mismo el consentimiento de la Virgen María para cumplir
el decreto o Misterio establecido desde toda la eternidad y esperar que Ella
consintiera libremente y así depender de alguna manera de María ... y habiéndose
hecho Hombre, quiso durante treinta años obedecerla y estarle sometido.
No
faltan quienes, mostrando un falso celo de la Gloria de Dios y de Jesucristo,
censuran el honor que nosotros los católicos rendimos a la Madre Amorosa. Pero
por más que la honremos, no podemos honrarla tanto como la Santísima Trinidad y
Jesucristo, así que no erramos puesto que seguimos el ejemplo del mismo Dios y
las enseñanzas y decretos de la Santa Iglesia.
El
honor que se tributa a la Madre redunda ciertamente en el Hijo, en el honor de
Quien la hizo tan hermosa.
VASO INSIGNE DE DEVOCIÓN
O
sea, Persona de insigne devoción.
La
devoción, según Santo Tomás es la pronta voluntad de entreqarse más, para hacer
todo aquello que corresponde al servicio de Dios: es un dedicarse y consagrarse
al servicio de Dios con ánimo alegre y con perfecta voluntad ...- de todo
corazón.
La
historia de todos los Santos está llena de ejemplos y aún puede afirmarse que
esta prontitud en seguir al Señor o esta devoción es la condición necesaria para
la santidad. También en esto María Santísima es maestra soberana; no sólo fue
devota, sino modelo perfecto de insigne devoción.
•
Dios para la realización de sus fines, quiso que se uniera en matrimonio al
glorioso y castísimo San José, y Ella se amolda a este querer de Dios, aunque
había elegido otro estado María no se opone; consiente, dejando a Dios el
cuidado de guardar su pureza virginal.
•
La ley mosaica manda a las madres hebreas que han concebido según el modo
ordinario, que se purifiquen. Ella concibió por obra y gracia del Espíritu
Santo, sin embargo, la cumple con la mayor exactitud, aún a costa de aparecer
una mujer como todas las demás.
•
Dios ordena que la Madre del Hombre de los dolores sea Reina de los dolores,
que después del Hijo participe más que nadie de los afanes, de los sufrimientos
y de la Cruz. Ella como Jesús, obedece, "como un cordero sin voz delante
de quien lo esquila". (Is. 53, 7).
•
Después de la Ascensión del Hijo, la Madre permanece en este mundo, desea el
Cielo y unirse a su Amado: pero Dios quiere que permanezca todavía en la tierra
por algunos años como Directora de los Apóstoles y corno Fundadora secundaria
de la Iglesia. María se somete a los designios de Dios.
Estos son algunos rasgos de la
sin par devoción de María. Ella es verdaderamente VASO INSIGNE DE DEVOCIÓN
Por: Redacción Mercaba
Fuente:
www.mercaba.org