Nicté es otra mujer que ahora ayuda a otras personas que
tengan heridas profundas desde la primera infancia
Cortesia Nicte Sanchez | Let's rewind - Facebook |
Traumas, dolor, tristeza, frustraciones,
enfermedades, amargura, pecado, heridas emocionales – lesiones interiores que
tristemente la gran mayoría ni siquiera sabemos que las tenemos- se nos pueden
manifestar de estas y muchas maneras más. Uno de los milagros consiste en
saberlas reconocer y darles la cara. Es decir, enfrentarlas hasta sanarlas.
Justo esto fue lo que hizo Nicté
Sánchez Badelt, una talentosa empresaria mexicana. Orgullosa
esposa de Ángel, un hombre que desde que lo conoció la invitó a vivir una vida
de virtudes en el camino de Dios. Es madre de 6 hijos, la más pequeña de 3
años.
Hasta aquí todo parece de color
de rosa y perfecto pero Nicté tuvo una infancia y adolescencia muy inestable y
atropellada, de excesos y abusos que le dejó graves heridas de abandono,
rechazo y soledad.
Del sentido de pertenencia y del
verdadero amor, ni hablar. Los vacíos de su vida se hicieron cada vez más
profundos. Creció siendo atea. ¿Cómo creer en un Dios que permitía que una niña
sufriera tanto?
Entonces la misericordia de Dios la
alcanzó. Ese amor de Dios, su clemencia y compasión han sido el motor de su
vida y los ha puesto al servicio de un mundo que hoy se encuentra también muy
herido.
En una entrevista para Aleteia,
Nicté nos contó, entre otras cosas, cómo su vida dio un
giro de 180 grados tras quedarse embarazada de forma inesperada y después de
ser erróneamente diagnosticada y medicada para tratar un supuesto trastorno
bipolar.
Fue muy humilde al compartirnos que su
matrimonio y su familia estuvieron a punto del abismo debido a las heridas
emocionales que desde niña la habían marcado de forma drástica y negativa.
Hasta que hizo un parón en su
vida y se dijo: “Let´s rewind”. Comenzó
haciendo un trabajo interior profundo con un acompañamiento espiritual y
emocional intenso de reconocimiento y sanación interior. Y entonces el milagro
de su vida comenzó:
“Ana Elena, nuestra hija más pequeña, nació
hace 3 años. Antes de que esta bebé llegara estuve diagnosticada erróneamente
con trastorno bipolar y durante 11 años tomé medicamento psiquiátrico. Fue un
periodo muy complicado y triste porque los medicamentos no cumplían su función
y el verdadero problema no estaba siendo tratado.
Llegó nuestra bebé sin buscarla,
de forma inesperada. Entonces mis síntomas “bipolares” empezaron a cambiar:
comencé a perder la visión y con dolores de cabeza agudos. Mi psicóloga me
recomendó buscar a otro psiquiatra. Así lo hice y este sugirió una serie de
estudios. Nuevo diagnóstico: un tumor en la hipófisis el cual había estado ahí
por varios años.
La
hipófisis segrega las hormonas que necesitamos para poder vivir. O sea, ¡no era
bipolar, tenía un tumor! Varios psiquiatras que consulté confundieron los
“síntomas” de mis heridas emocionales no resueltas, combinadas con un problema
orgánico, con un padecimiento psiquiátrico.
Tuve terapia psicológica, muchas veces
fallida porque desgraciadamente hay muy mala praxis en ese campo. Y no fue
hasta que traté mis heridas a nivel psicológico junto con acompañamiento
espiritual que comenzó un proceso de sanación real en mi en todos los aspectos.
Como fruto de
toda mi experiencia surgió Let’s Rewind, iniciativa en la cual
desde el corazón y la oración ofrece apoyo a todas las personas que
sufren por aquellas heridas no resueltas que no les permiten disfrutar
plenamente de la vida.
La propia
historia de vida nos puede ayudar a valorar la Misericordia Divina y a poner
los medios para sanar. Muchos son los caminos que habrá que recorrer. Sin
embargo, no hay que perder la esperanza en la certeza de que Dios nos quiere
felices y jamás nos abandonará”.
¡Cuántas
Nictés habrán en este mundo! Pero si nos damos cuenta su historia, lejos de ser
una tragedia, es un poema a la esperanza, un tributo a la misericordia de ese
que nos creó y nos quiere sanos y felices. No solo la sanó, sino que la premió
al confiarle un nuevo ser, la pequeña Ana Elena.
Recuerda que tú eres más que tus heridas.
No permitas que estas marquen el rumbo de tu vida. Al contrario, que sean la
catapulta para acercarte al Médico de médicos, al único que una sola gota de su
sangre tiene el poder de hacerte de nuevo.
Cada herida es una bendición disfrazada
cuando es sanada, una virtud en potencia que solo pide ser descubierta. Ponte
en contacto con Let´s Rewind
y, como Nicté, lograrás tu sanación.
Luz
Ivonne Ream
Fuente:
Aleteia