Una
vela
Hola,
buenos días, hoy Joane nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
La
última que ha entrado en el Monasterio es la que cambia la vela del Sagrario
del Oratorio del Noviciado, y reza por la siguiente. Así que... ¡me toca a mí!
Ayer
tenía en mis manos la vela nueva y la que se acababa de consumir; una, llena de
cera hasta arriba, con su mecha, pesada; y la otra contenía solo un poco de
líquido, porque el resto se había consumido.
Esto
me impresionó, ya que nunca había contemplado una vela. ¿Sabes qué hacen las
velas? Todo lo que reciben, lo entregan, ¡se quedan en nada! Su vida es
entregarse dando luz.
Tendemos
a pensar que administrar bien es guardar para después, tener un buen activo...
sin embargo, Cristo nos enseñó que la buena administración del cristiano es la
de la vela: ¡lo entregó todo siendo luz! Es en esto en lo que encontramos la
Plenitud, como la encontró Jesús.
Y
entregar todo supone entregar tu tiempo para escuchar, entregar tus manos para
ayudar, entregarte con tu familia... ¡ser luz en tus circunstancias!
Hoy
el reto del amor es que seas vela en tu casa. Ser vela no es ser hoguera, es
dar luz en lo cotidiano, en lo sencillo. Vive el día desde la entrega en lo más
pequeño: cambiar la bolsa de la basura, el rollo de papel higiénico, sentarte a
jugar con los pequeños, bendecir y recoger la mesa, llamar a ese familiar que
te necesita, alegrar la sobremesa... secundando los detalles que el Señor te
pone en el corazón. Así, al acabar el día, darás gracias al Señor por haber
administrado tu día desde el Amor siendo luz.
VIVE
DE CRISTO
Enlace
para solicitar el calendario “VIVE DE CRISTO 2019”:
Fuente:
Dominicas de Lerma
