Francisco
invita a los sacerdotes a hacerse siempre preguntas, a discernir lo que es
bueno, a no ser rígidos porque la rigidez esconde los problemas, y a tener
sentido del humor
Se
ha dado a conocer ayer el texto del encuentro del sábado pasado en la Sala
Clementina en el que el Papa Francisco respondió a las preguntas de varios
seminaristas lombardos acompañados por sus obispos y educadores. Un encuentro
espontáneo en el que el Pontífice señaló el secreto para ser sacerdotes del
pueblo.
Un
sacerdote debe ser "humano, normal, estar en su lugar y nunca
escandalizar". El Papa Francisco señala las características del futuro
sacerdote a los jóvenes seminaristas de las diócesis lombardas, recibidos el
sábado pasado en el Vaticano. Un diálogo abierto, sin filtros, en su estilo de
padre y pastor.
Abusos, escándalo mundial
A
la pregunta de Don David sobre cómo presentarse ante los escándalos de la
Iglesia, Francisco recuerda que "el pueblo de Dios tiene gran sabiduría
pero no sabe perdonar a quienes maltratan a las personas y al sacerdote que
está atado al dinero". La invitación es informar al obispo y a las
personas cercanas de quien causa escándalo para ayudarlo. Respecto a la
dolorosa historia de los abusos, el Papa habla de "un escándalo mundial
que nos hace pensar en los sacrificios humanos de los niños que eran
paganos". "El escándalo más fuerte para mí - dice Francisco - es
también el sacerdote mundano" que nunca se ve delante del tabernáculo o
que nunca va al hospital a encontrarse con los enfermos”.
La cercanía al pueblo de
Dios
"La
Iglesia debe ser ‘en salida’ como Jesús ha querido y no una Iglesia de
‘paseo’". Francisco lo repite porque "la salida no es una aventura
sino el mandato del Señor" y los sacerdotes están llamados a seguir este
camino, incluso si es difícil hacerse entender, ser aceptado, incluso si uno es
expulsado. El mundo en el tiempo de Jesús era similar al de hoy, "en esos
tiempos se hacían sacrificios humanos y aún hoy se hacen de alguna manera con
guantes blancos".
La
invitación del Papa es hacer cosas concretas: estar cerca del pueblo de Dios e
incluso antes de eso, estar cerca de Jesús en la oración, cultivar "la
familiaridad con la Palabra que es la familiaridad del corazón".
"Ustedes deben ser pastores, no clérigos de Estado". "El
clericalismo - enfatiza el Pontífice - es una perversión de la Iglesia" y
un sacerdote que se empeña en hace mil cosas se aleja del ideal de Jesús.
La duda es una riqueza
El
seminarista Daniel, de la diócesis de la ciudad italiana Mantua, pregunta a
Francisco cómo puede uno estar delante de la cruz de la duda y del esfuerzo de
seguir a Jesús. El Papa recuerda que "la cruz de la duda es una cruz pero
fecunda", que nos pone en crisis, que acerca al Señor y por lo tanto se
convierte en una riqueza. Lo importante – puntualiza - es dialogar con aquellos
que nos acompañan en el camino espiritual en una confrontación sincera y
abierta. "Tomad la duda - dice Francisco - como una invitación a buscar la
verdad, a buscar el encuentro con Jesucristo".
Sin rigidez
Mirar
hacia atrás, recordando de dónde venimos, reconociendo que todo es un don y una
gracia: de esta manera Francisco invita a los sacerdotes a hacerse siempre
preguntas, a discernir lo que es bueno, a no ser rígidos porque la rigidez
esconde los problemas, y a tener sentido del humor. Todos estos son criterios
que también ayudan a los educadores a comprender la verdadera vocación de los
seminaristas que luego serán encaminados hacia el camino de la paciencia.
"Un signo de madurez - dice el Papa - es también la capacidad de jugar con
niños".
La Eucaristía es un
misterio que hay que explicar
Respondiendo
a una pregunta sobre los jóvenes que no reconocen la Eucaristía como un momento
central en la vida de cada hombre y mujer, Francisco enfatiza que deben
trabajar mejor para que se comprenda la dimensión litúrgica y comunitaria de la
celebración. En este sentido, el Papa da el ejemplo de un sacerdote capaz de
acercar a los jóvenes con una catequesis de 5 minutos, convirtiéndose con el
tiempo siempre más amplia, llevándolos luego a hacer la adoración eucarística.
"La
Eucaristía - dice - es un misterio que debe explicarse paso a paso". A
veces la misa - enfatiza el papa - es una vigilia fúnebre y es por ello que se
recomiendan homilías breves, a lo sumo 8 minutos, marcadas por una idea, una
imagen y una palabra. El secreto para celebrar con belleza.
Benedetta
Capelli – Ciudad del Vaticano
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