Hola,
buenos días, hoy Joane nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Ayer,
por el rabillo del ojo, vi moverse algo. No le di importancia hasta que Lety
gritó:
-¡Un
ratón!
Le
perseguimos hasta que se metió en la celda que está justo al lado de la mía.
Intentamos buscarlo, cazarlo, pedimos ayuda a Jubi... ¡pero no hubo manera! Se
escondió y, al no poder dar con él, cerramos la puerta dejando una ratonera
puesta.
Por
la noche oía a mi afanoso vecino organizarse en su nuevo hogar. Yo tenía los
ojos como platos, estaba en guardia continuamente... hasta que caí en la cuenta
de que, por mucho ruido que hiciese, su puerta estaba cerrada, la mía también,
y no podría llegar de ninguna manera a hacerme una visita.
Los
miedos muchas veces se engrandecen en nosotros y nos hacen vivir alerta
continuamente. Sin embargo, cuando les ponemos nombre, cuando sabemos qué hay
detrás, se desmontan: inseguridad, inquietud...
En
la oración el Señor se sienta a tu lado y te ayuda a ver esos “ratones” que te
asustan, que te hacen estar con los ojos abiertos, en alerta todo el rato. Con
Cristo tus miedos pueden hacer ruido, pero sabes que las puertas están cerradas
y no pueden hacerte daño. Puedes caminar con la seguridad de que Él te sujeta.
Hoy
el reto del amor es que cierres los ojos confiado. Pide al Señor poner nombre,
poner palabras a tus miedos de cara a la vuelta al trabajo mañana o al inicio
del nuevo curso. Para un rato en el día de hoy, deja que Cristo entre en tus
miedos y reconstruya en ti todo lo que hace que te surjan.
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma
