XI Peregrinación Nacional
de las Familias a Pompeya
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| El Papa bendice a una familia © Vatican Media |
El
Santo Padre anima a todas las familias que participan y se unirán
espiritualmente a la peregrinación a “perseguir siempre el gran ideal de la
santidad de la familia”, para que cada casa sea la “escuela del Evangelio” de
la familia, escuela de “fidelidad y de sinceridad”, escuela de “paz y de
perdón”, escuela de “escucha y reconciliación”, escuela de “comunión y
solidaridad”.
El
Papa Francisco, ha enviado un mensaje, a través del cardenal Secretario de
Estado, Pietro Parolin, a Mons. Tommaso Caputo, Arzobispo Prelado y Delegado
Pontificio del Santuario de la Santísima Virgen María del Santo Santuario de
Pompeya, con motivo de la XI Peregrinación Nacional de las Familias a
Pompeya.
Esta peregrinación se realiza desde Scafati a Pompeya, está patrocinada por el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, y promovida por la Renovación en el Espíritu Santo en colaboración con la Prelatura Pontificia de Pompeya, la Oficina Nacional de Pastoral Familiar de la CEI y el Foro de Asociaciones familiares.
“El
Papa cuenta con vosotros –escribe Mons. Parolin– para el acompañamiento las
familias más vulnerables, las que viven el drama de la separación, las más
pobres, las que no pueden encontrar trabajo o que lo han perdido, las que se
han visto obligadas a emigrar o han sido afectadas por catástrofes, las
afligidas por sufrimientos y duelos”.
También
recomienda que “no se olviden los matrimonios más jóvenes y los ancianos, así
como los novios y los viudos”, ha transmitido el Secretario de Estado del
Vaticano a las familias.
A
continuación, ofrecemos el mensaje
***
Mensaje del Cardenal
Pietro Parolin
Excelencia
Reverendísima
Con
motivo de la XI Peregrinación Nacional de las Familias para la Familia, que se
lleva a cabo de Scafati a Pompeya, bajo la mirada maternal de la Virgen del
Rosario, el Santo Padre Francisco desea enviar sus mejores deseos a todas las
familias presentes, y expresa su agradecimiento a la Renovación en el Espíritu
Santo, la Oficina Nacional de Pastoral Familiar de la CEI y al Foro Nacional de
Asociaciones Familiares que, desde su primera edición, promueven este gesto
providencial de oración y comunión eclesial.
Es
reconfortante ver a las familias mostrando la belleza y la alegría del amor.
¡Nuestro mundo tiene una gran necesidad de este testimonio! Familias que no
ocultan su rostro, incluso cuando su fe es probada por el dolor. Abuelos,
padres e hijos que, unidos en la oración del Rosario de la Familia, claman
al mundo con convicción: “¡La familia está viva! ¡Viva la familia!”.
“Rogar
por las necesidades familiares, orar por alguno que esté pasando un momento
difícil (…) pedirle a la Virgen que proteja con su manto de madre” (ibid., N.
Postsin. Amoris Laetitia, 318) es lo que el Santo Padre ha recomendado hacer en
Su Exhortación apostólica después de los dos Sínodos sobre la familia. No más
que la oración en la familia abre las puertas de una casa en la presencia del
Señor. Ninguna otra cosa más que la oración de alabanza conmueve y mueve el
corazón misericordioso de Dios. Ninguna otra cosa más que la oración de
intercesión nos hace experimentar la pasión de Dios por aquellos que gimen,
sufren e invocan la salvación.
Vosotros
hoy hacéis de la oración coral y de su manifestación pública el vínculo
intergeneracional más fuerte y la forma más efectiva de transmitir la fe. Os
preocupáis de hacerlo en un tiempo que a veces quisiera excluir a Dios de la
historia humana, comenzando precisamente de la vida familiar, que del amor de
Dios sigue siendo una fuente que no puede suprimirse. De este amor, como
“familias peregrinas”, sois una manifestación dinámica, un cumplimiento del
llamamiento que el Pontífice ha dirigido a todas las familias: “Caminemos,
familias, ¡sigamos caminando! Lo que se nos promete es siempre más”. (ibid.,
325).
La
XI Peregrinación Nacional de Familias para la Familia es una continuación ideal
y activa del IX Encuentro Mundial de las Familias, celebrado recientemente en
Irlanda. En Dublín, Su Santidad recordó que “El Evangelio de la familia es
verdaderamente alegría para el mundo, ya que allí, en nuestras familias,
siempre se puede encontrar a Jesús; él vive allí, en simplicidad y pobreza,
como lo hizo en la casa de la Sagrada Familia de Nazaret… El matrimonio
cristiano y la vida familiar manifiestan toda su belleza y atractivo si están
anclados en el amor de Dios, que nos creó a su imagen, para que podamos darle
gloria como iconos de su amor y de su santidad en el mundo. Padres y madres,
abuelos y abuelas, hijos y nietos: todos, todos llamados a encontrar la
plenitud del amor en la familia”. (Discurso en la vigilia con las familias 25
de agosto, 2018).
Con
estas expectativas Su Santidad espera que la peregrinación vuelva a despertar
la atención sobre el protagonismo eclesial y social de la familia, para que se
promueva cada vez más en el país la cultura de la vida, en todas sus
estaciones, que es la forma segura para construir un mundo más atento a la
promoción del hombre y de su dignidad integral y trascendente.
El
Santo Padre, al mismo tiempo, anima a todas las familias presentes y a las que
se unirán espiritualmente a la peregrinación a perseguir siempre el gran ideal
de la santidad de la familia, para que cada casa sea la escuela del Evangelio
de la familia, escuela de fidelidad y de sinceridad, escuela de paz y de
perdón, escuela de escucha y reconciliación, escuela de comunión y solidaridad.
El
Papa cuenta con vosotros y pide que cada vez más se conviertan en objeto de
vuestra atención y acompañamiento las familias más vulnerables, las que viven
el drama de la separación, las más pobres, las que no pueden encontrar trabajo
o que lo han perdido, las que se han visto obligadas a emigrar o han sido
afectadas por catástrofes, las afligidas por sufrimientos y duelos. Asimismo,
recomienda que no se olviden los matrimonios más jóvenes y los ancianos, así
como los novios y los viudos.
Mientras
os pide que recéis por él y por su servicio a la Iglesia, Su Santidad confía a
la materna intercesión de María, Reina de las familias, el buen resultado de la
peregrinación, y envía de todo corazón a Su Excelencia y a todos los
participantes una especial bendición apostólica.
Al
unir mis deseos personales, aprovecho la circunstancia para confirmarle mis
respetuosos saludos.
Cardenal
Pietro Parolin
Secretario
de Estado
© Librería Editorial
Vaticano
Fuente:
Zenit
